Las Armada estadounidense busca un aumento presupuestario sin precedentes desde la Guerra Fría para hacer frente a la renovación militar de Rusia y a las ambiciones de Pekín en el mar de la China Meridional, informa la agencia AP.
La propuesta para aumentar la flota desde los actuales 274 buques funcionales hasta 355, anunciada el mes pasado por la Armada, supera incluso a la promesa formulada por el presidente electo Donald Trump durante su campaña electoral, que se comprometió a que los astilleros afectados por los recortes presupuestarios de los últimos años reciban incentivos.
"Rusia y China van a seguir reforzando sus armadas. Las complejidades no van a mitigarse. La Armada, más que cualquiera de nuestros servicios, es nuestra presencia de vanguardia. La necesitaremos", afirmó Matthew Paxton, presidente del Consejo de Astilleros de EE.UU., que representa a la mayoría de las compañías de construcción naval del país.
Si los planes de la Armada se concretan, la construcción naval estadounidense volverá a los niveles de la Guerra Fría, cuando el sector trabajaba día y noche sobre un plan de 600 buques ordenado por el expresidente Ronald Reagan.
Sin embargo, el exasesor del subsecretario de Defensa en el Gobierno de Reagan, cree que la solicitud de la Armada es poco realista a no ser que la Administración de Trump desee aumentar el presupuesto "hasta niveles jamás vistos".
El objetivo impuesto por la Armada para los próximos 30 años requerirá entre 5.000 y 5.500 millones de dólares en gastos adicionales anuales, según estimaciones del analista naval Ronald O'Rourke, del Servicio de Investigación del Congreso, centro analítico del Parlamento estadounidense.