Delincuentes de Estados Unidos lavan cada año millones de dólares mediante el uso de 'gift card' o tarjetas prepagadas, lo que ha convertido a este tipo de dinero, según un artículo de la revista Forbes, en la "moneda de los criminales".
El texto da cuenta de un caso federal no declarado que detalla una estafa realizada por "una sola persona o varias", que compraron "con información de tarjetas de crédito robadas" unas 45.000 tarjetas de regalo de la cadena Walmart y de otras tiendas, que luego "vendieron en el sitio Raise.com"
Agrega la nota que el valor de esas tarjetas oscilaba entre 2 y 2.000 dólares y fueron vendidas por un total de 9 millones de dólares".
En la actualidad, una de las formas más utilizadas por los estafadores que roban datos de tarjetas de crédito en Estado Unidos, es comprar "montones de tarjetas prepagadas" a comercios como Walmart, Target y Amazon, porque las 'gift card' "son fáciles de gastar y vender, y difíciles de rastrear".
Traba on-line
Los directivos del sitio Raise.com, compañía que ha contribuido a la venta de aproximadamente 1.000 millones de dólares en tarjetas prepagadas desde su creación en 2013, ha ofrecido su colaboración con las autoridades para atrapar al estafador.
Citado por la revista, un directivo de la web declaró: "Es ridículo. Tenemos tu número de seguridad social, tu dirección IP y toda tu información bancaria. No estoy seguro si algunas de estas personas piensan que podrán salir bien libradas".
Según una firma consultora estadounidense, durante 2016 el monto invertido en tarjetas de regalo en ese país ascendió "a aproximadamente 91.000 millones de dólares".
Las autoridades policiales de Estados Unidos han incrementado sus controles a la compra de tarjetas prepagadas tras el "hackeo que han sufrido Home Depot, Target y otras cadenas comerciales, lo cual ha provocado que una gran cantidad información de tarjetas de crédito terminen en las manos equivocadas".
De virtual a físico
La publicación añade que los datos de las tarjetas de crédito robadas "pueden replicarse en tarjetas de crédito físicas, de la misma forma que se crean identificaciones falsas para menores de edad".
Luego, los cómplices de este fraude acuden a las grandes tiendas y compran lotes de 'gift card' que son vendidas después en las casas de empeño o en kioscos de centros comerciales.
"El verdadero negocio de las tarjetas de regalo es de persona a persona. A los defraudadores no les gustan las ventas en línea porque no obtienen efectivo inmediato y van dejando un rastro".
De la estafa de los 9 millones de dólares develada en Florida, se pudo conocer que la tienda Walmart vendió 'gift card' al defraudador por valor de "1.3 millones de dólares" y tan solo revisó algunas de las tarjetas de crédito utilizadas para la compra.
La dificultad radica en que ese tipo de tarjetas no es rastreable. "Una vez que la tarjeta de regalo sale de la tienda termina la historia. Los presuntos terroristas del ataque del 9/11 utilizaron tarjetas prepagadas para cubrir sus gastos, y ninguno de esos rastros financieros pudo detectarse".