El Gobierno de Brasil ha anunciado su decisión de enviar al Ejército a las cárceles para contener la violencia sin precedentes que ha azotado a los centros penitenciarios del país, informa 'Globo'. Desde el 1 de enero en violentos motines provocados por facciones rivales del narcotráfico han muerto más de 134 reos.
El portavoz de la Presidencia de la República, Alexandre Parola, quien admitió que la crisis ha llegado a nivel nacional, ha afirmado que los militares realizarán inspecciones en las prisiones, buscando armas. No obstante, para entrar en las cárceles tendrán que recibir el permiso de los gobernadores.
Cabe señalar que en el caso de las matanzas más violentas en las cárceles de Manaos el Gobierno tardó varios días en enviar a la Fuerza Nacional, y al llegar a la zona, sus efectivos no entraron a las prisiones, sino se limitaron a garantizar la seguridad en los alrededores.
La última rebelión se produjo el pasado domingo 15 de enero, en la cárcel Alcaçuz en la región metropolitana de Natal, causando la muerte de 26 reclusos.