#HechoEnMéxico: la campaña mexicana contra las amenazas de Trump

Esta semana el Gobierno mexicano encabezado por Enrique Peña Nieto anunció una serie de medidas para dar un nuevo impulso a la economía. En ese contexto se decidió relanzar el sello 'Hecho en México', para identificar los productos manufacturados en el país y alentar a que la población los compre.

Al lanzar la iniciativa Peña Nieto aclaró que "esto no significa distinguir si las empresas que los producen son nacionales o no, pues lo importante es que esos productos estén hechos por manos mexicanas". Asimismo añadió: "Hechos con calidad, hechos precisamente con un pedacito del corazón y el alma de cada mexicano".

"Hoy hay que consumir lo mexicano, no solo por serlo, sino porque son productos de calidad, que compiten en los mercados", subrayó el jefe de Estado. Y agregó que "el talento, la creatividad y la calidad son atributos que distinguen a la mano de obra mexicana, y por ello merecen un distintivo que los enaltezca".

Entre las medidas adoptadas para favorecer el desarrollo de la producción mexicana se destacan la simplificación de la tarifa de comercio exterior en aproximadamente 40%; la formación de un fondo de 1.300 millones de pesos mexicanos para fomentar sectores estratégicos como el automotriz, aeronáutico, eléctrico, electrónico, energético y agroindustrial; y la simplificación de al menos el 25% de la carga burocrática de los trámites (requisitos, tiempos, costos) para realizar inversiones.

El anuncio fue apoyado por distintos empresarios que días atrás habían firmado un acuerdo para impulsar la producción y consumo de productos mexicanos. La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco) fueron las adherentes a este proyecto.

La renegociación del TLCAN

Esta decisión no surge de la nada. El presidente estadounidense, Donald Trump, ya ha anunciado que pondrá a revisión el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que Washington tiene firmado con México y Canadá desde 1994. Esto podría afectar seriamente la economía mexicana, que realiza el 80% de sus exportaciones justamente hacia EE.UU.

Hace unos días el canciller de México, Luis Videgaray, afirmó que "será necesario hacer unas adecuaciones" al tratado. Pero subrayó que su país no aceptará un regreso a "políticas proteccionistas como el sistema de cuotas de importación o la imposición de aranceles". Virdegaray remarcó la decisión mexicana de encarar una "negociación integral", en la que "todos los temas sean parte de la conversación y el diálogo, y no solamente quedarnos en unos aspectos, por ejemplo en el comercial, sin que se discutan los temas migratorios y de seguridad". Esto último apunta al famoso proyecto del muro fronterizo que el nuevo inquilino de la Casa Blanca pretende ampliar.

Por eso Peña Nieto también informó que comenzará una ronda de consulta de 90 días con empresarios y diversos sectores para evaluar qué reformas son necesarias en el TLCAN. Estas conversaciones se darán en simultáneo "con la que el Gobierno de EE.UU. llevará a cabo internamente", destacó el mandatario.

"Al cabo de esos 90 días habrá de iniciarse, ya propiamente, la negociación para la actualización del acuerdo", explicó. "Estamos dando paso a un proceso acordado con ese Gobierno en el contexto del diálogo constructivo que queremos", completó.