Ivanka es la segunda hija del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nació en el seno del matrimonio del político con su primera esposa —Ivana— y algunas personas estiman que es una de las personas más cercanas del mandatario, informó el diario 'The New York Times'.
Sin embargo, para describir su relación en alguna ocasión el inquilino de la Casa Blanca empleó frases poco comunes, como que "tiene una bonita figura" y que, si no fuera su hija, saldría con ella. La aludida admitió que no le gustan esos comentarios, pero que ama y respeta a su padre.
Modelo y mujer de negocios
A los 17 años, Ivanka se introdujo en el mundo de la moda y apareció en las portadas de varias revistas. Posteriormente, se licenció en Economía en la Escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania.
Gracias a su formación, comenzó a hacerse cargo de los principales negocios de la Organización Trump y llegó a ser vicepresidenta ejecutiva de Desarrollo y Adquisición. Además, creó una línea de tiendas de moda y joyería con su propio nombre.
Privilegios heredados
La hija del líder norteamericano escribió dos libros sobre cómo ser una mujer exitosa, en los que detalla que los privilegios que heredó realmente fueron dificultades que tuvo que superar para que la tomasen en serio.
En 2009, Ivanka Trump contrajo matrimonio con Jared Kushner —un magnate inmobiliario que también posee 'The New York Observer'— y se convirtió al judaísmo, la religión de su esposo. La pareja tiene tres hijos.
El rol en las presidenciales
Ivanka desempeñó un papel muy importante en la campaña presidencial de Donald Trump; de hecho, fue una de las personas que mejor defendió a su padre en situaciones controvertidas.
Una vez que su progenitor venció los comicios presidenciales, Ivanka comenzó a alejarse de los negocios y la política y Kushner fue nombrado asesor especial del presidente de EE.UU., quien explicó que su hija deseaba dedicarse a su familia.
¿Relación más distante?
Tras los primeros días de su padre en el poder, Ivanka no ha comentado ninguna de sus decisiones, aunque de la impresión de que la relación entre Donald Trump y Jared Kushner—considerado como un buen intermediador y una de las pocas personas capaces de persuadir a su suegro de tomar medidas radicales— se ha deteriorado.
Al parecer, el yerno del mandatario "enfureció" porque habría convencido al presidente de México, Enrique Peña Nieto, para que se reuniera con su suegro en Washington, pero la visita se frustró cuando Trump tuiteó que sería mejor cancelar ese encuentro si el país latinoaméricano no estaba dispuesto a pagar por el polémico muro fronterizo.