El mandatario estadounidense Donald Trump ha firmado este miércoles el decreto que habilita la construcción de un muro entre EE.UU. y México como parte de su dura política contra la migración ilegal, informa el diario 'The Washington Post'.
"Hemos hablado de esto desde el principio", ha declarado el presidente durante su discurso en la ceremonia llevada a cabo en el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU.
Se trata del primer paso de la actual Administración para cumplir las promesas de campaña centradas en un fuerte discurso que calificaba a la inmigración ilegal como un problema fuera de control y una amenaza a la seguridad nacional.
"La construcción del muro fronterizo comenzará lo más pronto posible"
En una entrevista brindada este día miércoles, Trump ha asegurado que la construcción del muro comenzará "lo más pronto posible" al igual que las negociaciones para su financiamiento.
Además, aclaró que en un principio los fondos utilizados para la construcción de la obra serán obtenidos del presupuesto estatal pagado por los impuestos de los ciudadanos estadounidenses, pero que luego existirá un "rembolso del 100 %" por parte de México.
Un proyecto de 20.000 millones de dólares con innumerables dificultades técnicas
El polémico 'muro de Trump', que mantendría alejados a los inmigrantes ilegales de los EE.UU., fue una de las propuestas de campaña más destacadas y polémicas de los republicanos y rechazada por los demócratas.
El proyecto se ha tornado aún más discutido cuando el entonces candidato a la Casa Blanca declaró que la construcción sería financiada por México, algo que ha sido rechazado por el Gobierno mexicano en forma tajante. El presidente de este país, Enrique Peña Nieto, visitará EE.UU. la próxima semana y espera reunirse con su homólogo estadounidense para tratar el tema.
Algunos especialistas estiman que la construcción del muro tendría un costo aproximado de 20.000 millones de dólares, aunque otros creen que su levantamiento enfrentaría problemas adicionales que podrían elevar este valor, como las restricciones ambientalistas, los problemas de ingeniería y las disputas con dueños de las tierras que no darían paso a la construcción del muro en sus propiedades.
Un plan mucho más extenso
El plan de inmigración de la Administración de Trump, consideraría además la deportación de inmigrantes ilegales que habitan las localidades conocidas como 'ciudades santuario', a pesar de que algunas autoridades locales ya han rechazado esta medida. Más de 11 millones de personas viven ilegalmente en EE.UU.
El polémico tema ha dado lugar a un acalorado debate, especialmente tras la promesa de Trump de derogar medidas como la prohibición de deportar a inmigrantes ilegales que hayan ingresado al país antes de cumplir la mayoría de edad, conocida como DACA y adoptada en 2012 bajo la presidencia de Barack Obama.
La Administración del nuevo presidente estudia además la posibilidad de eliminar el programa de aceptación de refugiados sirios, detener temporalmente la emisión de visas a ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen e incluso prohibir la entrada de musulmanes a territorio estadounidense.