El muro de Leipzig: ¿Llega el 'efecto Trump' a Alemania?
Un grupo de residentes de la ciudad de Leipzig preocupados por su seguridad ante la llegada de refugiados a Alemania ha seguido el ejemplo del presidente estadounidense Donald Trump. Los vecinos de un bloque de apartamentos han erigido una valla de más de un metro y medio de alto al saber que al otro lado de su calle se estaba levantando un centro de refugiados. La construcción les ha costado 20.000 euros.
Según el miembro del Movimiento Identitario –un grupo contrario a la islamización de Europa– Alexander Markovics, la medida es una solución a corto plazo ante "la falta de voluntad y la incapacidad del Gobierno de proteger a sus ciudadanos" como consecuencia de la política alemana de puertas abiertas.
"Muchas milicias civiles y grupos de protesta se han formado en Alemania para asumir la seguridad con sus propias manos", afirma Markovics a RT en Inglés, subrayando que la política en favor del multiculturalismo promovida por la canciller Angela Merkel ha fracasado.
Por otra parte, la especialista en multiculturalismo Cecile Le Roux lamenta que los inmigrantes sean "tratados como una amenaza solo por llegar de un país cuya cultura es diferente". A su juicio, los muros no son la solución correcta y hace falta un enfoque diferente.
"Lo que debe hacer el Estado es trabajar con sus ciudadanos, educarlos y gastar un poco más de dinero, que hace falta, en infraestructura para incentivar más encuentros entre la gente [de diversas culturas]", señala la experta.
Sin embargo, para Markovics "la única solución es cerrar las fronteras". "En Alemania hay barrios donde el Estado ya no existe, donde todo está controlado por clanes de mafia árabe. Ante los problemas de violencia masiva y de islamización la única solución es cerrar las fronteras y luego buscar una política que resuelva el problema de la migración masiva dentro de Alemania", recalca.
El activista asegura que la mayoría de los inmigrantes no son refugiados sino personas que llegan a Alemania para aprovecharse económicamente y "muchos de ellos tratan a los alemanes como un pueblo al que necesitan conquistar".
Por su parte, Le Roux recuerda que "todos somos humanos y lo que vemos son personas en una situación terrible que han abandonado sus casas huyendo de una muerte posible y de las escenas horribles que vieron". En su opinión, en vez de levantar muros, hay que invertir en encuentros y festivales para mejorar la comunicación entre distintas culturas.