"El asesinato del hermano de Kim Jong-un aumenta el riesgo de guerra en la península coreana"
El asesinato de Kim Jong-nam, el hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong-un, aumenta el riesgo de una guerra en la península coreana, ya que demuestra una vez más "la naturaleza demoníaca irracional" de las autoridades de Pionyang, sostiene el experto en Corea del Norte Andréi Lankov en un artículo para el portal Meduza.
Según Lankov, para los expertos "no hay nada sorprendente o inesperado" en este asesinato, ya que en los últimos años Kim Jong-nam había sido objeto de "una verdadera cacería". Por otro lado, hay "pocas dudas" de que tanto detrás de este asesinato como de los intentos anteriores esté el hermanastro del difunto, el actual líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
"Víctima de un viejo conflicto familiar"
El autor del artículo explica que Kim Jong-nam murió "víctima de un viejo conflicto familiar". La hostilidad entre los dos hermanos, que nacieron de madres diferentes y antaño fueron vistos como los dos principales rivales en la lucha por el título de heredero, siempre ha sido un factor importante en la política de Corea del Norte. Además, los contactos de Kim Jong-nam con la prensa extranjera en los últimos años podrían haber sido un motivo adicional de "irritación" de su hermano.
"Consecuencias trágicas"
Sea como fuera, el atentado contra Kim Jong-nam puede tener "consecuencias trágicas" que sus organizadores probablemente no habían previsto, advierte el analista.
El experto detalla que los avances del programa nuclear norcoreano han hecho que la Administración de EE.UU. considere seriamente un ataque preventivo contra instalaciones del complejo de misiles nucleares del país asiático. Según Lankov, los defensores de esta medida en Washington justifican una operación de este tipo con el argumento de que los dirigentes de Corea del Norte son "inherentemente irracionales" y que no se pueden dejar "armas nucleares en manos de locos".
En este sentido, el asesinato de Kim Jong-nam —y la manera en que se perpetró, "digna de una novela de detectives"— debilita significativamente los argumentos de aquellos que se oponen a los planes de un ataque preventivo, sostiene el experto.
Y es que Kim Jong-nam se había retirado de la política hace tiempo, tenía poca influencia en Pionyang y no representaba una amenaza real para Kim Jong-un, así que para la mayoría de los observadores su asesinato confirma una vez más la idea de que los dirigentes norcoreanos tienen "una naturaleza demoníaca irracional" y, por tanto, la necesidad de adoptar estrictas medidas de seguridad en su contra. De esta manera, el asesinato de Kim Jong-nam "aumenta la probabilidad de guerra en la península coreana", concluye el analista.