"España tiene complejo de superioridad histórico con Venezuela"
Las fricciones han vuelto. Este viernes, el gobierno español entregó una carta de protesta al embajador venezolano en Madrid. ¿La razón? Los señalamientos contra Mariano Rajoy.
El jueves pasado, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, llamó "bandido" y "protector de delincuentes" al presidente español, quien "exigió" a Caracas la liberación de políticos encarcelados por delitos comunes, como el caso de Leopoldo López.
Para el internacionalista Luis Quintana, la "exigencia" de España a Venezuela es una muestra del "complejo de superioridad histórico" que tiene el país europeo para con Caracas: "El Partido Popular cree que es una especie de inspector de la moral y buenas costumbres, y que debe ponderar lo que pasa en este continente, pero América Latina dejó de ser colonia desde hace dos siglos, afortunadamente, y ha tenido sus propios procesos, con sus evidentes contradicciones", explica a RT.
"Se le reventarán los dientes a Rajoy y a toda la derecha internacional si se meten con Venezuela y pretenden intervenirla", fueron las palabras de Maduro que causaron la molestia del gobierno español. Ese pronunciamiento se produjo luego que Madrid pidiera la liberación de López, sobre quien pesa una condena de casi 14 años por delitos de asociación para delinquir, instigación pública y determinador en incendio y daños a la propiedad.
Paradojas
No es la primera vez que se atizan los conflictos entre ambos gobiernos, que han subido de temperatura desde la llegada del chavismo al poder. Como ejemplos, Quintana enumera la participación del ex presidente José María Aznar en el golpe de Estado de 2002, perpetrado contra Hugo Chávez; o los numerosos intentos de Rajoy por poner a Venezuela como tema en las instancias europeas "incluso con más frecuencia que para ventilar sus innumerables y complejos asuntos internos".
"Él (Rajoy) ha utilizado su influencia en Europa para proyectar una imagen negativa de Venezuela, que se basa en una creencia muy negativa de que aquí no hay democracia y que no se respetan los derechos humanos. Esa es una gran paradoja cuando se toma en cuenta que las acusaciones vienen de un gobierno que aprueba la Ley Mordaza, que enjuicia a una persona por manifestar en la calle con una pancarta contra el rey o que pasa por alto todas las prácticas de corrupción en las que se ha visto el PP y toda su estructira de poder. Es una actitud, cuando menos, incoherente e irresponsable", sostiene el internacionalista y profesor universitario.
Por otra parte, considera que mientras Madrid acusa a Caracas de vulnerar los DDHH de los venezolanos, desmonta "el sistema de bienestar europeo y las garantías sociales que históricamente lo habían caracterizado, para dar paso a un tema de privatizaciuones neoliberales".
"Omisiones"
Quintana recalca que el gobierno español "ha sido la plataforma que ha tenido la derecha venezolana en la comunidad europea" para impulsar pronunciamientos en contra del presidente Maduro, por lo que no le extraña que la postura de Madrid intente hasta revertir una decisión que el Poder Judicial ratificó.
¿Por qué la apuesta es tan osada? Para el internacionalista tiene que ver con el sitio que el gobierno español ha dispuesto para Venezuela: "la ha convertido en un asunto de su política interna para desviar la atención sobre sus problemas cotidianos, reales. Prefieren concentrarse en un 'enemigo' externo, que en este caso es la Revolución Bolivariana".
El agravante de esa situación, advierte Quintana, es que la imagen de López divulgada por España "es la de un ángel prisionero por un gobierno paria", lo que en el fondo "oculta el hecho de que hubo 43 muertos por un plan alentado por él en 2014, unas protestas terroristas que pusieron en estado de sitio a un buen número de comunidades del país, y que en virtud de su responsabilidad en eso es que está preso".
Sobre la insistencia de España en emitir juicios sobre la política venezolana, cuestiona: "¿Un gobierno que no pudo ni siquiera conformarse en un año después de unas elecciones, va a señalar falencias de otro país que está al otro lado del Atlántico sobre sus supuestas debilidades democráticas? Es absurdo".
Nazareth Balbás