La Conferencia de Seguridad de Múnich, un encuentro anual de los políticos más influyentes del planeta, acaparó toda la atención mundial la semana pasada. Incluso los organizadores del evento reconocieron que el orden internacional está cambiando de manera irreversible, que Occidente está sumido en contradicciones, y que la nueva realidad requiere un cambio fundamental de enfoque.
Los organizadores los confirman: el mundo cambia
Unos días antes de la Conferencia, su director Wolfgang Ischinger señaló en una entrevista a 'Tagesspiegel' que EE.UU. ya no es un "símbolo del liderazgo político y moral" de Occidente.
Además, los organizadores del encuentro prepararon el extenso informe titulado '¿Posverdad, posoccidente, posorden?' en el que constatan una profunda crisis del orden mundial y de la democracia liberal, y advierten que los "turbulentos tiempos políticos" que vive el mundo debido al "aumento de la influencia de actores no occidentales" podrían indicar que "estamos al borde de una era posoccidental".
Estos pensadores consideran que la sociedad occidental cada vez está más cerrada en sí misma y abandona la solución de los problemas mundiales en manos de "fuerzas antiliberales", una tendencia que produce "una recesión geopolítica".
EE.UU., Europa y la manzana de la discordia
La relación entre EE.UU. y Europa, y el papel de la OTAN en la defensa de los países europeos está en el punto de mira tras la llegada de Donald Trump a la presidencia.
Durante la Conferencia, el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, aseguró que "EE.UU. es y siempre será el mayor aliado" de los miembros de la OTAN y será "firme en sus compromisos con la Alianza". Trump "estará con Europa", añadió Pence.
Sin embargo, subrayó que algunos países europeos "no pagan una parte justa" en lo que se refiere a la Defensa, lo que "erosiona la base de la Alianza". "Es hora de hacer más", declaró.
El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, también prometió a los países europeos que EE.UU. cumplirá con sus responsabilidades, pero subrayó la necesidad de que aumenten el gasto en Defensa.
El analista Fiódor Lukiánov explica al portal Lenta.ru que se trata de una "contradicción aún por resolver" entre EE.UU. y Europa. Washington "quiere un aumento significativo del papel de Europa en la financiación de la OTAN", mientras que los países europeos, aunque "en principio están de acuerdo", están tratando "por todos los medios" de aplazar los pagos y reducir su tamaño.
La segunda tendencia, destacada por Lukiánov, es "la discordia interna europea" y las discusiones sobre el "grado de autonomía de los países dentro de la UE", que siempre han estado presentes, pero ahora se han incrementado "en gran medida".
¿Por qué el 'orden mundial liberal' estaba condenado al fracaso?
Por su parte, Serguéi Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, comenzó su intervención en la Conferencia recordando el famoso discurso de Vladímir Putin, pronunciado hace diez años. En aquella ocasión, el líder ruso advirtió en contra de los intentos de impedir la creación de un mundo multipolar, y según Lavrov, sus predicciones se han cumplido.
El canciller ruso resaltó una alta tensión en Occidente causada por la OTAN y su expansión, pero afirmó que Rusia aspira a tener unas relaciones constructivas con EE.UU. Lavrov añadió que Rusia no está buscando conflictos con nadie, pero que siempre será capaz de proteger sus intereses.
El ministro ruso de Exteriores también expresó su desacuerdo "con los que acusan a Rusia y a los nuevos centros de influencia global de intentar socavar el llamado 'orden mundial liberal'". Según el ministro, la crisis de este modelo fue programada previamente, cuando el concepto de globalización económica y política fue creado como un instrumento para asegurar el crecimiento del club de la élite global y garantizar su dominio sobre los demás. "La sustentabilidad de tal sistema no puede ser duradera", aseveró el canciller.