A pesar de que ha sufrido sus altibajos, la relación comercial entre Estados Unidos y México es íntima y larga desde hace casi 200 años. Hoy en día, ambos países viven una especie de "divorcio" a raíz de la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, según asegura a RT David Sarquís, doctor en Relaciones Internacionales y experto en la historia común de ambos países.
México intenta lidiar con esta crisis de diversas formas. En una comparecencia ante el Congreso, el canciller mexicano Luis Videgaray aseveró que su país comenzará a diversificar el comercio y buscará otras regiones. Entre esos nuevos horizontes se encuentra el este de Asia, con China y Corea del Sur, aunque Sarquís se muestra escéptico con que esos planes puedan tener éxito a corto plazo porque "hay una vinculación estructural muy fuerte" con EE.UU., su socio mayoritario.
Sarquís estima que "siempre es difícil" y "toma tiempo" distanciarse de un socio comercial histórico "para incursionar en nuevas áreas con competencia abierta", porque los mercados de otras regiones son cerrados y competidos. Además, destaca que en el mundo existen redes de comercio con tratos preferenciales y destaca que México no conoce las dinámicas de regiones alejadas, como la asiática.
Este especialista recuerda que México y EE.UU. comparten una de las fronteras más grandes y dinámicas del mundo, con lo cual cualquier intento mexicano de crear una dinámica parecida a la que tienen con los estadounidenses implica la necesidad de que exista una logística donde los productos fluyan.
Así, si no hay infraestructura de transporte para comerciar con Sudamérica, será más difícil buscar mercados en otro continente. "Se puede decir que se va a buscar y diversificar, pero las dificultades prácticas para la implementación exceden los márgenes de actuación para negociar con facilidad", considera David Sarquís.
Problemas siempre
En 1831, ambos países firmaron el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Estados Unidos y México, su primer tratado comercial. No contaba con aranceles, pero sí reglamentó el transporte y dejó claros los primeros derechos y obligaciones de los comerciantes de ambos países.
Desde entonces, mexicanos y estadounidenses establecieron dos acuerdos más, en 1882 y en 1942. Asimismo, las dos guerras mundiales atrajeron la importación de productos y la llegada de trabajadores a EE.UU. A partir de 1994, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México transformó su economía y la orientó al sector exportador.
¿Inminente reconciliación?
México comenzó ese esfuerzo para diversificar su comercio desde el Gobierno de Luis Echeverría (1970-1976), pero no ha tenido suficiente éxito.
David Sarquís piensa que, conforme se desarrollen las futuras negociaciones, Estados Unidos tendrán que rebajar el tono de su política, debido a que la región de Norteamérica tiene un alto desempeño económico global.
Para finalizar, este analista advierte que, más allá de los alcances de la diversificación, uno de los mayores retos de México será revisar el TLCAN "para buscar el bienestar colectivo."