Arabia Saudita paga vistas a Washington a veteranos de guerra de Estados Unidos para que presionen a su Gobierno y modifique la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), que el país aprobó en septiembre del año pasado y permite a las víctimas del 11-S demandar a gobiernos extranjeros, informa New York Post.
La empresa de relaciones públicas Qorvis MSLGROUP, que dispone de dinero saudita para encabezar esta iniciativa, sufraga viajes a Washington con todos los gastos pagos —incluidas estancias en el Trump International Hotel de la capital norteamericana— para que estas personas convenzan a los congresistas de EE.UU. de que la norma actual perjudica a las tropas que se encuentran en el extranjero.
Al parecer, los exmilitares son atraídos hacia este esquema por cabilderos que se hacen pasar por defensores de veteranos y, con el fin de convencerlos para que aboguen contra del JASTA, les hacen creer que otros países podrían "demandarlos como represalia".
Veteranos como el sargento Timothy Cord, que combatió en Irak, han expresado su disgusto por haber sido utilizados para promover la agenda saudita: "Me uní al Cuerpo de Marines por el 11-S, así que ser agasajado por la misma gente contra la que quería combatir fue asqueroso".
Arabia Saudita niega firmemente que patrocine actividades terroristas y su presunto papel en los atentados del 11-S, a pesar de que 15 de los 19 presuntos participantes en esos ataques eran de Arabia Saudita.