El artista que ha destruido 10 mil dólares para crear sus obras (FOTOS)
"El billete de un dólar es el pedazo más omnipresente de papel en América", dice el artista estadounidense Mark Wagner en su página personal, quien precisamente usa el papel moneda como materia prima para sus obras.
Wagner crea piezas meticulosamente elaboradas con dólares "desconstruidos y reensamblados" que forman paisajes, referentes culturales y rostros de políticos, según 'Slate', entre los que se encuentra un retrato de Donald Trump que arde en un video colgado en su cuenta de Instagram.
Este artista, nacido en 1976, piensa que "el tabú de la destrucción de billetes de dólares" ha hecho que el público se interese por su obra.
El material de los sueños
Para este joven, residenciado en Brookling, Nueva York, el papel moneda es ideal: "Se trata de un material maduro: grabado en estampado de lino resistente, cubierto de filigrana decorativa, y lleno de simbolismo y concepto".
"Un billete de un dólar es un gran pedazo de papel para un artista. No hay ningún documento disponible comercialmente que sea tan duradero, porque es diseñado por el gobierno para ser usado por decenas de miles de personas", agrega.
¿Cómo lo hace?
Después de años de trabajo, ha utilizado alrededor de 10.000 dólares. Dice que ya no cree hacer algo indebido. "Ha perdido su valor emocional. Ya no pienso que es dinero".
Su obra comienza con un trazo a lápiz sobre un papel, en el que posteriormente va pegando los trozos de billetes nuevos debido a que son más "crujientes" y no tienen el olor característico del papel moneda muy usado. El proceso, que hace con ayudantes, se lleva entre 30 y 40 horas.
Los collages de Wagner han sido exhibidos en salas de museos de EE.UU, China y Bégica, mientras que algunas de sus piezas han sido adquiridas por coleccionistas de su país, de Francia y de Alemania.
¿Anarquista o capitalista?
En cuanto al significado de sus collages, cree que los anarquistas están seguros de que es uno de ellos, al igual que los capitalistas, reseña 'Artnau'.
"No estoy haciendo carteles, no estoy haciendo señales de protesta. El arte pasa en dos lugares: en mi cerebro y luego en el del espectador", explica a 'Coinbooks'.