Caltzontzin: la represión contra indígenas en México de la que nadie está hablando
Hace unas décadas, San Salvador Kumbutzio no se encontraba donde está ahora. El repentino resurgimiento en 1943 del pequeño volcán Paricutín en la meseta indígena del estado mexicano de Michoacán hizo que, junto a otras poblaciones, Kumbutzio fuera evacuada y trasladada a otro lugar.
El nuevo hogar asignado a este pueblo originario fueron los terrenos de una Hacienda ubicada a la entrada de la cabecera del municipio de Uruapan y conocida como Caltzontzin, nombre que se le daba a los gobernantes del antiguo señorío indígena purépecha.
Pero hoy, mientras el Paricutín es un centro de atracción turística internacional, los habitantes de Kumbutzio tienen problemas con sus nuevas tierras, pues el Ayuntamiento de la cabecera municipal de Uruapan pretende hacer uso de su territorio para realizar unas obras.
"Los mapas de lo que tenemos como comunidad fueron entregados al pueblo. Eso es lo que nos quiere quitar el Ayuntamiento", menciona a RT Jesús Toral, comunero e integrante de las autoridades por usos y costumbres del pueblo.
Caltzontzin y el Ayuntamiento de Uruapan llegaron a un acuerdo: las tierras no se iban a trabajar hasta que no se definiera su situación legal. Esos terrenos tenían una gran importancia para los habitantes de la zona porque eran utilizados para realizar una feria del aguacate. No en vano, esta meseta, ahora asolada por el narcotráfico, es la principal región productora de aguacate de México. Gracias a esa feria, la comunidad podía obtener los recursos necesarios para trabajar sus tierras.
Sin embargo, el gobierno municipal comenzó a construir ahí una clínica de salud sin consultar a la población. Aunque la gente del lugar paró inicialmente la obra, el centro médico fue terminado. Ahora el Ayuntamiento pretende comenzar unas nuevas obras para crear oficinas de enlace con el gobierno del estado. A falta de consulta y acuerdo, los comuneros volvieron a detener la obra.
La represión
La situación para Caltzontzin empeoró en el mes de febrero. Los habitantes solicitaron una plática con el gobernador Silvano Aureoles para mostrarle los documentos que los hacen acreedores al territorio al cual fueron evacuados. La llamada del gobierno estatal nunca llegó. Dejaron pasar algunos días de lapso a partir de esa fecha y luego determinaron manifestarse para exigir una audiencia pública.
"Tomamos la carretera y la vía del ferrocarril, que pasa por nuestra comunidad, pero ellos dicen que son del Gobierno Federal. Fue entonces cuando llegaron las fuerzas federales y del estado e hicieron la represión", explica Toral.
Toral cuenta que los periodistas de la región calculaban en más de mil el número de policías federales que entraron a Caltzontzin. Había elementos policiales tanto de la Federación como del estado de Michoacán. Algunos medios calificaron el hecho como un enfrentamiento, a pesar de que antes de entrar, las autoridades usaron dos helicópteros para lanzar gas lacrimógeno encima de los hogares.
Los comuneros apenas resistieron con piedras y cohetes en las vías del ferrocarril y en la carretera. Toral recuerda que la policía invadió el pueblo y se llevó personas de las tiendas, de la calle, algunos comuneros fueron sustraidos de sus hogares. Se dio el caso incluso de que algunos granaderos intentaron entrar a un jardín de niños, pero las profesoras se lo impidieron.
El saldo del operativo fue de varios heridos y la captura de 17 habitantes, de los cuales 13 permanecen aún en prisión. Algunos medios resaltaron que la operación policial contra Caltzontzin tuvo semejanzas, aunque en menor escala, con la del pueblo campesino de Atenco ocurrida hace casi 11 años, que dejó un saldo de dos muertos, más de 100 detenidos y denuncias de tortura sexual contra las autorizadas presentadas por parte de diversas mujeres.
Respeto
La región purépecha del estado de Michoacán es principalmente boscosa. Es común que los pueblos del lugar conserven su lengua y reivindiquen sus territorios tradicionales, mientras que la inacción de la Policía ante la tala de árboles indiscriminada por parte del crimen organizado ha causado que crezca el germen de la autonomía indígena en municipios como el de Cherán, famoso por su gobierno por usos y costumbres.
Caltzontzin, por su reubicación y por su nueva situación, tiene una historia de lucha parecida a la de Cherán.
"Nosotros primero estamos exigiendo el respeto a nuestra comunidad. Exigimos castigo a los culpables, los que dieron la orden de que entraran los policías a las escuelas, por el daño psicológico a los niños, los maestros, a todo el pueblo", resalta Toral, quien aclara que los encarcelados no tienen todavía ningún delito señalado, aunque quizás sean inculpados por daños a la red de comunicación y por lesiones a un policía. El comunero se lamenta por la situación de su pueblo pero aún guarda esperanzas sobre su futuro:
"Para nosotros es difícil que todo el país vea lo que pasó, los medios de comunicación local no mencionaron nada. En las redes sociales hay videos grabados por los paisanos cuando la policía entró en las casas, pero no nos queda más que fortalecernos como pueblo."
Al-Dabi Olvera