La compañía cementera LafargeHolcim Ltd., que reconoció haber financiado grupos terroristas en el pasado, ha manifestado su interés en participar en la construcción de los alrededor de 2.000 kilómetros de frontera que aún no tienen muro entre EE.UU. y México.
LafargeHolcim, valorada en más de 30.000 millones de dólares, ocupa el puesto 570 en el ranking Forbes de ventas y es la quinta compañía más importante del mundo en el sector de la construcción.
"Estamos preparados para suministrar nuestros materiales a todo tipo de proyectos de infraestructura en EE.UU.", afirmó Eric Olsen, director ejecutivo de LafargeHolcim, a la agencia AFP. La empresa es una de las escasas cuatro empresas extranjeras que han ofrecido sus servicios para la construcción de la muralla entre las más de 600 candidatas que se han presentado al proyecto, según El País.
La empresa fue recientemente advertida por el Gobierno francés que "pensara cuidadosamente" sobre participar en la construcción del controversial muro y en las responsabilidades sociales y de medio ambiente que conlleva el proyecto, según informa 'Le Monde'. Sin embargo, Olsen destacó que LafargeHolcim es totalmente ajena a esta polémica.
"No tenemos una opinión política sobre las cosas", dijo el jefe de la cementera francosuiza, que cuenta con posibilidades reales de ganar la licitación, según un estudio del grupo de investigación Bernstein.
Según admitió la propia empresa, una de sus filiales financió a grupos armados asociados al Estado Islámico (EI) entre 2012 y 2014, supuestamente para que los terroristas les permitieran operar una de sus plantas en noroeste de Siria y garantizaran la seguridad de sus empleados en esa fábrica.
La confesión se produjo tras la investigación realizada el año pasado por el medio francés, que reveló que una planta de cemento del grupo había realizado pagos a diversos grupos asociados con el Estado Islámico que tenían ocupadas las localidades y carreteras adyacentes a la instalación.
La empresa, denunciada por varias ONGs, ha reconocido que su filial, que en aquel entonces pertenecía a la francesa Lafarge, "entregó fondos a terceras personas para alcanzar acuerdos con algunos grupos armados, un tercio de los cuales estaban sometidos a sanciones" por parte de la comunidad internacional.
Paradójicamente, LafargeHolcim se jacta de colaborar con los proyectos de ayuda a refugiados sirios que la Cruz Roja tiene en el Líbano, a los que afirma haber aportado 8 millones de dólares.