La semana pasada, el secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson visitó Corea del Sur, donde expresó lo que Reuters califica como "la advertencia más rigurosa" a Corea del Norte: la posibilidad de una acción militar. Al criticar la política de 'paciencia estratégica' de Barack Obama, Tillerson afirmó que EE.UU. está "explorando un nuevo abanico de medidas diplomáticas y de seguridad", considerando "todas las opciones".
En ese sentido, Robert Kelly, profesor de la Universidad Nacional de Pusan en Corea del Sur, publicó en la revista 'The National Interest' un análisis acerca de por qué atacar a Corea del Norte sería una muy mala iniciativa. Su idea principal es que, considerando la ausencia de superioridad marítima y terrestre en la región, lo más probable es que la estrategia de ataque elegida por EE.UU. sería una campaña de bombardeos, pero existe un riesgo muy elevado de que tal operación pueda desembocar en una guerra en todo sentido, que afectaría también a Corea del Sur y Japón.
Corea del Sur, Japón y China
Iniciar una campaña contra Corea del Norte podría estropear no solo las relaciones con los aliados de EE.UU., Corea del Sur y Japón, sino también con el principal 'competidor estratégico', China, asegura Kelly.
- La razón por la que ni Tokio ni Seúl desean meterse con Pionyang es muy comprensible: estos países, especialmente el segundo, quedarían muy vulnerables ante una inminente venganza de Corea del Norte, que está desarrollando con cierto éxito sus misiles, incluido los nucleares.
- Por su parte, China no quiere que EE.UU. establezca su "hegemonía militar" en la región tras vencer a Pionyang. Y EE.UU. no puede arriesgar "el comercio, la inversión, las reservas de dólares en posesión de China, los mares de la China Oriental y Meridional, y el cambio climático", entre otros aspectos de suma importancia en su relación bilateral.
La capacidad militar de Corea del Norte
Pionyang ha llevado años preparándose para una guerra, por lo que lo más probable es que tenga planes sobre cómo responder a una acción militar. Escavó túneles para esconder sus unidades militares y desarrolló sistemas de lanzamiento terrestres móviles y submarinos, de modo que sería imposible destruir su capacidad nuclear en un instante. Por el contrario, será necesaria una "extensa y duradera" campaña aérea que puede resultar en una "guerra total", asevera investigador.
Escudos humanos
Robert Kelly no duda de que Pionyang podría utilizar a sus ciudadanos como "escudos humanos" para proteger los objetivos estratégicos dentro del país.
En el pasado, las provocaciones de Corea del Norte contra Corea del Sur, Japón y EE.UU. ya dejaron varias víctimas mortales, incluidos decenas de muertos y heridos en el bombardeo de Yeonpyeong en 2010, que no desembocaron en una respuesta militar al ser tenidos en cuenta todos los riesgos. Que EE.UU. considere ahora una operación militar pese a todo esto es un indicio de lo peligroso que se ha vuelto Corea del Norte, concluye Kelly.