Fiel a sus altisonantes declaraciones, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, enfiló su verbo contra la Iglesia católica y dos de los medios de su país.
"Son unos sinvergüenzas, esos periodistas hijos de puta", dijo el mandatario, citado por RFI, sobre los medios filipinas Daily Inquirer y ABS-CBN. "No los estoy amenazando, pero algún día su karma los alcanzará".
Pero los señalamientos también alcanzaron a la jerarquía de la Iglesia Católica. El presidente calificó a los curas de "oligarcas" y criticó con acritud las colectas de dinero en las iglesias.
"Muchos de sus abusos saldrán. Estos sacerdotes piensan muy bien de ellos mismos, pero te lo digo Jesús, la religión pasará de moda en los próximos 30 años", sostuvo el mandatario, según una nota de Manila Times.
"La Iglesia Católica debe ser culpada por los males del país", agregó Duterte, tras asegurar que sería "políticamente correcto" si su madre estuviera viva.