Meses después de que la ciudad siria de Alepo fuera liberada de las manos de los terroristas, algunas escuelas de la zona oriental de esa localidad todavía conervan las funestas huellas dejadas por los rebeldes y extremistas.
Durante los combates más de la mitad de los centros de enseñanza en el este de Alepo fueron destruidos, pero los establecimientos que quedaron en pie ahora vuelven a acoger en sus aulas a los niños, aunque todavía no son completamente seguros, como ha podido constatar un equipo de RT. Y es que los centros educativos eran utilizados como fortificaciones, depósitos de armas e incluso como cámaras de torturas.
Ahora, lo primero que llama la atención al llegar a una escuela son los enormes carteles instalados en sus fachadas, con información e instrucción destinada a los niños, para que estos tengan cuidado con las minas y otros artefactos explosivos que pudieran encontrarse en el territorio.
Pero no todas las escuelas están llenas de niños, al contrario, son edificios desolados debido a que todavía están llenos de municiones y productos químicos que eran utilizados para la fabricación de bombas caseras. Asimismo un grupo de niños mostraron al equipo de RT el sótano de una escuela que era utilizado por los rebeldes y terroristas como una prisión.
"Yo vivía cerca, los combatientes torturaban a la gente, podíamos oír los gritos y podíamos escuchar a los militantes decir a los prisioneros 'tienes que unirte a nosotros, porque si te rehúsas serás ejecutado'", recuerda un menor de 12 años de edad.