El islam será la religión con más fieles del mundo excepto en América Latina
Un informe del Centro de Investigaciones Pew indica que en 2050 el número de musulmanes del mundo prácticamente igualará al de cristianos y, alrededor de dos décadas después, podría superarlo por primera vez en la historia.
Entre 2010 y 2050, la población mundial aumentaría un 35 %, hasta 9.300 millones de personas. La cantidad de cristianos subiría en un porcentaje similar —hasta 2.900 millones—, mientras que la cifra de islámicos subiría un 73 % y alcanzaría 2.800 millones.
El portal Arab News asegura que esta tendencia se debe, en gran parte, a que "las musulmanas tienden a tener más hijos" que las mujeres de otros grupos religiosos: 3,1 frente a los 2,3 hijos del conjunto de féminas de otras religiones.
Asimismo, el Centro de Investigaciones Pew ya indicó que el islam era la religión con la edad promedio más baja en 2015: 24 años, seguida del hinduismo (27), el cristianismo (30), otras religiones (34), el budismo y el judaísmo (37).
¿Qué sucede en América Latina?
Sin embargo, esta tendencia mundial no se dará en los países de Latinoamérica, donde la población general aumentará un 27 % y el número de musulmanes un 13 %.
La investigación indica que América Latina es una de las regiones con menos musulmanes del mundo: en 2010 eran 840.000 y se estima que llegarían a 940.000 para 2050, un número inferior al que ya existe en algunos países de Europa.
La politóloga y ex integrante del Departamento de Medio Oriente del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata (Argentina), Ana Schinder, explicó a RT que los musulmanes de América Latina "se integraron junto a las grandes oleadas inmigratorias" del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, "creando sus centros religiosos y comunitarios y con presencia en todos los ámbitos de la vida política y social".
Esto llevó a que no se generaran "las mismas pautas de segregación que en Europa" en función de "la identidad religiosa o étnica", con lo cual la integración cultural "fue mucho mayor", sobre todo por "la educación pública", apuntó Schinder.
Finalmente, esta especialista destacó que el fenómeno tuvo lugar "por el carácter aislado de América Latina y la fuerte presencia del catolicismo", que provoca que "sea la religión hegemónica", mientras que en el viejo continente no hay un credo principal o una 'religión de Estado'.
El musulmán visto como un 'otro'
Julián Aguirre, analista argentino que visitó Palestina y uno de los autores del libro 'ISIS. El ejército del terror', apuntó a RT que existe "un enfoque falaz" al asociar "mecánicamente un elemento cultural o identitario con el origen de una persona", debido a que "el crecimiento y constitución de un grupo y de una persona depende de una relación entre lógicas de inclusión y exclusión".
De este modo, Aguirre mantuvo que el estudio "parte de una premisa falsa" —"uno no nace musulmán o cristiano", sino que forma "su propia identidad mientras crece e interactúa "con su entorno"— e indicó que ese discurso "juega con un humor social determinado" y explota el "temor" de la opinión pública de Europa y EE.UU. sobre el presunto hecho de que entramos en "una crisis de identidad", que relacionan con "crisis demográfica y migratoria": al asociar 'musulmán' con 'inmigrante', "implícitamente determinan que hay un 'otro' ajeno y no asimilable".
Para este analista, es como "si no hubiese una forma de entenderse" o como si los colectivos de inmigrantes fuesen "un todo uniforme y amenazante por su propio peso", una discusión "sustentada en falacias y miradas unilaterales" que alimentan "los discursos de control poblacional y hostilización" y niegan "toda una historia pasada de interrelación" entre esas comunidades, porque "los musulmanes no aparecieron repentinamente en EE.UU. y Europa en este siglo".
Julián Aguirre remarcó que, "más allá de variables socioeconómicas", no se puede entender la llamada 'crisis' migratoria de Europa "sin el derrumbe del Estado libio que la OTAN propició" y que "estimuló una espiral de crecimiento en las redes de tráfico de personas, al abrir una brecha de kilómetros de costa del mar Mediterráneo sin control".
Santiago Mayor