La respuesta de Rusia al ataque con misiles de crucero por parte de Estados Unidos contra una base militar de las fuerzas gubernamentales de Siria fue "decepcionante pero no sorprendente", afirmó el viernes el secretario de Estado de EE.UU, Rex Tillerson, durante una rueda de prensa en la finca del presidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida.
"Estoy decepcionado con esa respuesta porque muestra el continuo apoyo [de Rusia] al régimen de Assad", apunó Tillerson, que había tildado de "proporcional" el bombardeo. "Me parece decepcionante, pero lamentablemente no es sorprendente".
Horas antes, el canciller ruso Serguéi Lavrov había tildado el ataque contra la base aérea siria como "un acto de agresión con un pretexto inventado" y sostuvo que EE.UU. "no se ha tomado la molestia de mostrar hecho alguno que pruebe el ataque químico en [la provincia siria de] Idlib.
En la madrugada del 7 de abril, EE.UU. lanzó 59 misiles de crucero Tomahawk desde dos destructores en el mar Mediterráneo contra la base aérea siria de Shayrat. El blanco del ataque fue la instalación militar desde la que, según asegura Washington a pesar de que todavía no han finalizado las investigaciones, las fuerzas del Gobierno sirio lanzaron armas químicas contra la localidad de Jan Sheijun.