Este domingo, 16 de abril, se celebra en Turquía el referéndum constitucional impulsado por el gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), en el que la población decide si concede más poderes al presidente Recep Tayyip Erdogan. En caso de aprobarse, la reforma constitucional permitirá que Erdogan permanezca en el poder hasta 2029 (si es elegido dos veces desde 2019).
Los resultados de la votación son poco predecibles, ya que varios sondeos coinciden en que los partidarios del sí tienen una débil y frágil ventaja en la opinión pública.
El cocinero turco Nusret Gokce, quien saltó a la fama gracias a un meme que mostraba su especial manera de salar los filetes y que le valió el sobrenombre de 'el Chico de la Sal', ha votado de una manera peculiar.
En el aspecto político el referéndum es de suma importancia para Ankara, ya que en caso de que la mayoría de los votantes den el voto de confianza a Erdogan, los cambios que proponen los oficialistas del AKP instaurarían en el país un sistema presidencialista, dejando atrás la actual república parlamentaria. Pero esto no sucedería en seguida, sino que los cambios entrarían en vigor a partir de 2019.
Relaciones sacrificadas
Las apuestas del Gobierno son aparentemente altas, puesto que Ankara ya ha sacrificado sus relaciones diplomáticas con varios Estados europeos en su afán por asegurarse el voto afirmativo de la población. Turquía ha estropeado las relaciones con Países Bajos, Alemania y Austria después de que las autoridades europeas impidieran la organización de manifestaciones en las que altos funcionarios turcos tenían la intención de pronunciar discursos de apoyo a Erdogan ante las numerosas comunidades turcas residentes en esos países.
La reacción no tardó en llegar, y Erdogan calificó a Europa de "centro del nazismo" y afirmó que "la diáspora turca ha afrontado regularmente injusticias y presiones en Europa". Debido a la envergadura de la crisis diplomática que provocó, el referéndum en Turquía fue protagonista de varias portadas de la prensa internacional.
Nuevos poderes presidenciales
Algunos cambios constitucionales para la transición hacia un sistema presidencial ya fueron previamente aprobados por el Parlamento turco y firmados por Erdogan. Estos son algunos de los 21 cambios que serán sometidos a la votación:
- todo el poder Ejecutivo se concentra en manos del presidente
- se elimina la figura del primer ministro
- el jefe de Estado obtiene el derecho de nombrar vicepresidentes, ministros y altos funcionarios
- los decretos presidenciales influirán en las decisiones sobre la creación, disolución, funciones y estructura de los ministerios
- el presidente obtendrá el derecho a anunciar el estado de emergencia con aprobación del Parlamento
- asimismo, podrá designar a la mitad de los miembros del máximo órgano judicial del país
también podrá emitir decretos sin aprobación de los legisladores (aunque podrán ser anulados por el Parlamento en el futuro)
Pros y contras
El AKP y la mayoría del nacionalista Partido de Acción Nacionalista (MHP) apoyan las iniciativas. Algunas de las formaciones contrarias a los cambios que supondría la victoria del sí son el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de centroizquierda, que afirman que lo que Erdogan busca es concentrar más poder en sus manos.
Erdogan y sus partidarios del AKP, en cambio, argumentan que la introducción de enmiendas en la Constitución permitirá tomar más rápidamente decisiones de gestión importantes, ya que el país enfrenta varios desafíos, uno de los más graves la amenaza terrorista. Además, recuerdan las experiencias negativas del pasado, cuando varios Gobiernos de coalición en Turquía se sucedieron en un corto periodo de tiempo, lo que llevó al caos y la parálisis del poder en el Estado.
El cocinero turco Nusret Gokce, quien saltó a la fama gracias a un meme que mostraba su especial manera de echar sal a los filetes y le valió el sobrenombre de 'Salt Bae', el chico de la sal, ha votado de una manera peculiar.
¿Qué le espera a Turquía tras el plebiscito?
Tanto si gana el sí como si lo hace el no, las consecuencias pueden ser graves y conllevar enfrentamientos civiles, ya que la sociedad está dividida más que nunca ante dos visiones del país, una más laica y otra que aboga por una mayor influencia del islam. Asimismo, varios expertos están convencidos de que Erdogan, que lo ha apostado todo para ganar, no aceptará una derrota.
Si después del referéndum se mantiene la paz, una victoria del sí podría empujar al Gobierno a continuar en su ofensiva en contra de los principios seculares del Estado y suprimir a los activistas kurdos y a todos aquellos que no son partidarios de las acciones del presidente.