La escasa información disponible para Occidente sobre el número y el potencial de la flota submarina de Corea del Norte es estimatoria, según evidencia un artículo publicado por la revista 'The National Interest'. Cada nuevo informe al respecto que ha ido apareciendo en lo que va del siglo XXI citó algunos índices numéricos sin poder comprobarlos con las operaciones aritméticas básicas respecto a lo previamente conocido.
El medio se mostró inquieto por el tema después del intercambio de amenazas entre Pionyang y Washington. Corea del Norte se proclamó "lista para una guerra total en caso de que EE.UU. la inicie" e indicó que su primera misión sería hundir el portaaviones USS Carl Vinson "para demostrar su poder militar". El presidente Donald Trump le pidió a su par chino Xi Jinping en una charla telefónica, que le recuerde al Gobierno norcoreano que EE.UU. tiene en su arsenal no solo los portaaviones, sino también submarinos nucleares.
El bloguero Kyle Mizokami opina que la flota sumergible norcoreana es vieja y obsoleta pero "tiene la ventaja de ser numerosa". Las fuerzas navales y aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur son ahora tan abrumadoramente superiores que la única forma viable de sobrevivir [a un ataque repentino] para la Armada de Pionyang es ir bajo el agua", afirma. Sin embargo, no ofrece datos sobre cuántos submarinos norcoreanos pueden estar efectivamente sumergidos en cada momento.
El análisis publicado divide la flota sumergible en dos principales categorías: los submarinos importados de desplazamiento normal (de 1.800 a 2.000 toneladas) y los minisubmarinos de fabricación propia, inspirados en el diseño iraní de los años 1960.
El primer grupo consta de hasta 77 submarinos de la clase Romeo —suministrados por China— y cuatro submarinos soviéticos de la clase Whiskey. Se desconoce el número exacto de los que todavía están a flote, que tienen una autonomía en navegación de 60 y 30 días, respectivamente.
Sobre los 'mini' o pequeños sumergibles la información es aún más confusa. Se supone que los primeros que tenía Pionyang, de la clase Yugo, fueron dados de baja hace años. La última ocasión en que uno de ellos protagonizó un noticiero internacional fue en 1998, cuando un aparato quedó atrapado en las redes de un barco pesquero y fue remolcado a una base naval surcoreana. En aquel incidente, los tripulantes supuestamente se suicidaron o fueron ultimados para evitar su captura.
Desde entonces, virtualmente todos los Yugos han sido sustituidos por sumergibles costeros clase Sang-O. Uno de estos también fue interceptado por los surcoreanos a finales del siglo pasado y el resto está en servicio hasta el momento.
Entre los minisubmarinos destaca también la clase Yono, derivada de un proyecto iraní. Tiene un desplazamiento de 130 toneladas y solo dos silos de torpedo, siendo su velocidad en posición sumergida la más baja entre los sumergibles de combate actualmente en servicio.
Además, hay otra clase de diseño original norcoreano: Gorae (o Sinpo), de la cual existiría un solo ejemplar incorporado en la Armada y al menos seis en construcción. Una ventaja del modelo es que tendría la capacidad de portar misiles balísticos y no solo torpedos.
En el último intento de cálculo disponible, la CIA estimó en el 2015 toda la flota submarina de Kim Jong-un en unas 70 unidades, todas diésel-eléctricas. De ellas una veintena sería de la clase Romeo, 40 de la clase Sang-O y otras 10 tipo Yono. El resto habrían sido retirados del servicio: algo que no ha corroborado de ninguna manera Pionyang.
Mientras tanto, la Marina de Guerra de Corea del Sur cuenta con solo 15 submarinos (según otros datos, 23) de fabricación alemana y estadounidense.