El secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson, ha reconocido en declaraciones a Fox News que las tensiones con Corea del Norte son en estos momentos "bastante elevadas", pero ha asegurado que la Administración de Donald Trump tiene una "estrategia muy meditada". "No estamos buscando un cambio de régimen ni tampoco su colapso", ha afirmado.
El jefe de la diplomacia estadounidense explicó que la estrategia de Washington se centra principalmente en persuadir a Pekín para que aumente su presión sobre Pionyang.
Tillerson declaró que tienen conocimiento de que China mantienen contactos con las autoridades norcoreanas en los que les están pidiendo que "dejen de llevar a cabo pruebas nucleares". Según él, estas fueron advertidas de que tan pronto como volvieran a realizar un ensayo, "China les impondría sanciones por su cuenta".
Mientras, el jefe de las Fuerzas navales de EE.UU. en el océano Pacífico, el almirante Harry Harris, declaró este jueves ante una comisión del Senado de EE.UU. que esta es la peor crisis que ha visto en la región y que la amenaza de Pionyang "es real".
En unas declaraciones recogidas por la agencia AP, Harris aseguró no tener dudas acerca de la intención de Kim Jong-un de fabricar un misil nuclear que pueda alcanzar el territorio continental estadounidense.
Aunque existen discrepancias entre los distintos servicios de Inteligencia sobre el grado de desarrollo del proyecto nuclear norcoreano, algunos analistas militares creen que es solo cuestión de tiempo que Pionyang cuente con un arma que sea capaz de cumplir con esa misión.
La posibilidad de una acción militar estadounidense ha sido comentada desde el Departamento de Estado. La responsable diplomática para Asia Pacífico, Susan Thornton, no la descartó pero afirmó que es preferible explorar la posibilidad de que Corea del Norte esté dispuesta a frenar su programa armamentista a cambio de algunas garantías.