Desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, las Fuerzas Armadas de EE.UU. han solicitado en varias ocasiones autorización para llevar a cabo la primera operación de libertad de navegación en su Gobierno. Así designan a la práctica de navegar deliberadamente con barcos militares dentro de las 12 millas náuticas de las islas en disputa en el mar de la China Meridional, algo que irrita a China.
No obstante, estas peticiones fueron rechazadas. Al menos desde los medios se desconoce quién frenó las solicitudes. De acuerdo con altos cargos militares que hablaron con 'The New York Times', los pedidos nunca llegaron a la Casa Blanca, sino que fueron rechazados antes por el Pentágono.
¿Distensión de postura o práctica normal?
Varios expertos citados por los medios coinciden en que esta situación refleja el hecho de que el presidente estadounidense no desea enojar a Pekín, y busca ―aparentemente― su asistencia para solucionar la crisis en la península de Corea.
Si es ese el caso, tal destensión muestra un cambio drástico de postura de Donald Trump respecto a China. Anteriormente, el mandatario había arremetido en repetidas ocasiones contra las prácticas comerciales del gigante asiático, e incluso su secretario del Estado, Rex Tillerson, llegó a afirmar que EE.UU. podría impedir a Pekín el acceso a las islas artificiales que construye, algo que equivaldría, de hecho, a un acto de guerra.
No obstante, el subsecretario adjunto de Estado de EE.UU. para el Sudeste Asiático, Patrick Murphy, aseguró a CNN que las operaciones de libertad de navegación continuarán, aunque rechazó brindar más detalles.
Mientras la Casa Blanca no ofrece explicaciones oficiales sobre sus planes acerca de estos operativos ―que desde el punto de vista de Pekín son más bien provocaciones―, cabe recordar que los mismos tampoco se llevaron a cabo de manera regular durante Administración de Barack Obama. El expresidente las suspendió en el mar de la China Meridional durante más de dos años seguidos, hasta septiembre de 2015, recuerda 'The Daily Caller'.
Al año siguiente, barcos militares estadounidense atravesaron las aguas territoriales que China considera suyas en al menos tres ocasiones, provocando en cada oportunidad tensión en la región. La última fue en octubre de 2016.