Desde pasta de dientes con sabor a zanahoria y mascarillas de carbón vegetal hasta motocicletas y paneles solares. Aquellos que han visitado Corea del Norte en los últimos meses aseguran que cada vez hay más productos locales en las tiendas y supermercados, que están reemplazando a las mercancías importadas principalmente de China.
Así, mientras la administración Trump considera que cuanto más duras sean las sanciones económicas, más fácil será conseguir que Corea del Norte abandone su programa nuclear, el régimen de Kim Jong-un ha diseñado su propia estrategia: desarrollar su economía local para limitar su dependencia del extranjero.
Corea del Norte busca ser autosuficiente
La mayoría de productos que se consumen en Corea del Norte todavía proceden de China. Sin embargo, bajo el mandato del actual líder norcoreano se han intentado vender más productos de fabricación nacional. De esta manera, por un lado, se evita cualquier salida del país de divisas y, por otro, se refuerza la autosuficiencia del país.
Aunque no hay información disponible sobre los niveles de producción interna, ya que Corea del Norte es uno de los países más aislados del mundo, aquellos que han conseguido visitar el país comentan que grandes compañías, como la aerolínea nacional Air Karyo y el conglomerado Naegohyang, se han diversificado y ahora fabrican bienes de consumo, incluyendo tabaco y ropa deportiva.
Según informa un equipo de Reuters, que el mes pasado tuvo la oportunidad de visitar una tienda de alimentos acompañado de un guía impuesto por el régimen, las estanterías estaban llenas de bebidas, galletas y otros alimentos básicos de producción nacional. Además, otros visitantes aseguran que han visto latas de conservas, café, licores, pasta de dientes, cosméticos, jabón, bicicletas, entre otros productos locales, a la venta en Piongyang.
"A medida que se abren nuevas fábricas, el estilo, el embalaje y los ingredientes de nuestros productos alimenticios ha mejorado", explicó la dependiente de la tienda Rhee Kyong-sook, de 33 años, a la citada agencia de noticias. Por su parte, Kim Chul-ung, una maestra de educación física que se encontraba en la tienda, aseguró: "En las bebidas que están hechas en Corea del Norte puedo saborear fruta real, a diferencia de las bebidas de otros países".
Productos cada vez más sofisticados
De esta manera, según Reuters, los visitantes afirman que los bienes de consumo locales se están volviendo cada vez más sofisticados y que, incluso, se pueden encontrar códigos QR en una amplia gama de productos, desde maquillaje hasta refrescos. Además, los vendedores se están volviendo más competitivos, ofreciendo muestras de sus productos a los compradores, algo que no hacían hace cinco años.
"Alrededor de 2013, Kim Jong-un comenzó a hablar sobre la necesidad de sustituir las importaciones", afirmó Andray Abrahamian, de Choson Exchange, un grupo con sede en Singapur que forma a los norcoreanos en habilidades empresariales. "Se reconoció abiertamente que se importaban demasiados productos de China, no solo de bienes de consumo de gama alta, sino también los de gama baja, como los alimentos".
Además, tras el escándalo del arroz y la lecha en polvo contaminados procedentes de China, los norcoreanos cada vez demandan menos productos del gigante asiático, porque piensan que no son de buena calidad. "Las madres en Corea del Norte no son diferentes a las madres de China o Canadá, quieren alimentar a sus bebés con la mejor comida posible", aseguró Michael Spayor de Paektu Exchange, una empresa que se encarga de llevar inversores, turistas y académicos a Corea del Norte.
La dependencia de China
Sin embargo, Corea del Norte sigue dependiendo en gran medida del comercio con China, y la gran mayoría de las materias primas para fabricar productos de consumo todavía proceden directa o indirectamente del gigante asiático. Por ejemplo, mientras que el café instantáneo de producción nacional es cada vez más común, el azúcar que se utiliza en él, probablemente proceda de China u otro país productor, que exporta a Corea del Norte a través de China, explicó Abrahamian.
"Estamos viendo un aumento en los productos de fabricación nacional, incluyendo motocicletas, panelas solares y alimentos, pero las relaciones comerciales de las que dependen estos productos siguen siendo de China", añadió.
Por ello, si se imponen sanciones económicas más severas al país, tal y como está tratando de negociar EE.UU. con el gigante asiático, es muy probable que las empresas que han comenzado a producir bajo el lema 'Hecho en Corea del Norte', sufran las consecuencias.