Para que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia vuelvan a la normalidad es imprescindible "quitar una serie de agudos escollos creada durante la administración de Barack Obama", sostienen diplomáticos rusos. El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, indicó en una conversación telefónica con el subsecretario de Estado de EE.UU., Thomas Shannon, que se trata ante todo de "la expropiación de hecho de los inmuebles diplomáticos".
Riabkov y Shannon abordaron también los temas de la estabilidad estratégica, añade el comunicado, que recoge la página oficial del Ministerio en Facebook. La parte estadounidense planteó reanudar un diálogo sistemático al respecto.
La administración saliente extendió en diciembre del 2016 las sanciones antirrusas a nueve instituciones, empresas y personas físicas, incluida la Dirección Principal de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y el Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso).
A la par con las medidas ya habituales de entrada y operaciones financieras prohibidas, el Gobierno de EE.UU. cerró el acceso a dos conjuntos residenciales de la Embajada rusa en Washington y la misión permanente en Nueva York. 35 empleados rusos de estas sedes diplomáticas fueron proclamados 'personae non gratae'. Todos fueron acusados sin fundamento de injerencia en las elecciones y Moscú en general de "presión sobre los diplomáticos estadounidenses".
Moscú condenó ese paso hostil de las autoridades estadounidenses y se reservó el derecho a responder. Sin embargo, el presidente Vladímir Putin se abstuvo de una respuesta simétrica, que implicaría expulsar a un número similar de diplomáticos estadounidenses.