Tras la destitución de la presidenta Park Geun-hye por un escándalo de corrupción y cinco meses con un Gobierno provisional, Corea del Sur ha celebrado este martes elecciones para elegir a su nuevo presidente para los próximos cinco años.
Los sondeos a pie de urna otorgan el 41,4% de los votos al candidato progresista Moon Jae-in, del Partido Democrático, frente al 23,3% de su rival conservador, Hong Jong-pyo.
El nuevo presidente surcoreano heredará un país sumido en la tensión con Corea del Norte y deberá gestionar las relaciones con China, afectadas por el despliegue del polémico sistema antimisiles estadounidense THAAD en Corea del Sur, además de solucionar una serie de problemas económicos y políticos internos causados por el escándalo de corrupción.
¿Giro radical en la política exterior?
La victoria de Moon terminaría con una década de gobierno conservador en Corea del Sur y podría significar un giro importante en la política exterior de Seúl.
- En primer lugar, Moon, a diferencia de su predecesora, aboga por un diálogo con Corea del Norte, argumentando que la línea dura adoptada por los conservadores no hizo nada para impedir que Pionyang ampliara su programa nuclear y de misiles.
- Por otro lado, el candidato liberal buscará una mayor independencia de Washington, así como un consenso con Pekín y Moscú sobre el despliegue en Corea del Sur de la defensa antimisiles THAAD. En concreto, promete posponer el despliegue del sistema de defensa antimisiles hasta que llegue a un compromiso con los socios regionales.
- El programa económico de Moon está destinado a erradicar la corrupción, a apoyar a las pequeñas y medianas empresas y a introducir restricciones antimonopolio contra las grandes corporaciones, que bajo el Gobierno anterior tenían contactos informales con los líderes políticos del país.
Irina Lantsova, profesora de Estudios Estadounidenses en la Universidad Estatal de San Petersburgo (Rusia), ha explicado a RT que la popularidad de Moon se basa en sus promesas de realizar múltiples cambios en el país. "Promete una política más multidireccional", en lugar de centrarse "únicamente en las relaciones con EE.UU.", ha apuntado la analista.
Pionyang también aboga por la paz intercoreana
Por su parte, Pionyang ya ha abogado este lunes por acabar con la tensión entre ambos vecinos y restaurar la paz en la península coreana.
'Rodong Sinmun', el periódico del partido gobernante norcoreano, ha llamado a la colaboración entre ambos países para iniciar una nueva era de unificación y acabar con la confrontación, impulsada, según el rotativo, por los conservadores surcoreanos, que han estado en el poder durante los diez últimos años.
Promesas difíciles de cumplir
Sin embargo, los expertos consultados por RT pronostican que el candidato progresista tendrá serias dificultades a la hora de implementar sus planes.
Yevgueni Kim, investigador principal del Centro de Estudios Coreanos de la Academia de Ciencias de Rusia, no cree que el nuevo presidente pueda cancelar el acuerdo con Washington para desplegar el THAAD. En la misma línea, Lantsova opina que en esta etapa es "casi imposible" detener el despliegue, porque "el proceso ya se ha puesto en marcha".
Esta analista recuerda también que EE.UU. es "el principal socio estratégico" de Seúl y que Corea del Sur "no es una república superpresidencialista", con lo cual ni Moon Jae-in ni ningún otro presidente puede tomar medidas demasiado radicales.