"Soy Luis de Marcos y reivindico el derecho a poder morir"

"Soy Luis de Marcos y reivindico el derecho a poder morir dignamente. Hoy soy yo, pero mañana podrías ser tú". Así de contundente es la petición de este madrileño de 50 años, que lleva casi una década luchando contra una esclerosis múltiple primaria progresiva. Su salud se ha agravado en los últimos meses, y ha iniciado una campaña en Facebook para reivindicar el derecho a una muerte digna.

Según cuenta en la página que ha abierto en la red social, "los dolores son insoportables" y le "hacen desear abandonar este mundo ya, antes del tiempo que la Naturaleza" le ha asignado. Luis asegura estar pasando "por un calvario" que ni quiere ni puede aguantar. Sin embargo, la legislación española actual no le permite acceder a la sedación extrema que solicita. "Es la única que me puede sacar de la tortura en la que estoy viviendo", explica.

"La eutanasia es la salida compasiva a un drama indeseado"

Luis solo puede mover el cuello y la cabeza debido a la esclerosis múltiple primaria progresiva que padece desde hace diez años. Además, tiene dificultades para hablar y respirar. Según relata en su perfil, "el actual protocolo" no tiene en cuenta su opinión, "a pesar de estar en pleno uso de razón". En cambio, se opta por someterle "a un ensañamiento terapéutico cruel".

Además, enumera a otros enfermos terminales que abrieron el debate de la eutanasia en España, como Ramón Sampedro, José Luis Sagüés o José Antonio Arrabal, quienes también lucharon por cambiar las normas, pero no consiguieron "mover un ápice las crueles leyes vigentes". "Los salvajes demostraban más piedad con sus desahuciados", lamenta.

Luis censura que "los políticos, con sus peleas infantiles, con sus hipócritas intereses, su desidia contagiosa y sus privilegios insoportables", hayan condenado a miles de enfermos en los últimos 40 años a "sufrir hasta la extenuación" y a "cometer o hacer cometer delitos", arriesgándose a que sus colaboradores acaben en la cárcel.

"La eutanasia es la salida compasiva a un drama indeseado, la sedación extrema decidida por el enfermo es lo mínimo exigible a una sociedad civilizada". "¿Cuántos más, como yo, tendrán que morir de esta manera hasta que las leyes protejan a enfermos desahuciados?", concluye la reivindicación del madrileño.

El debate de la eutanasia en España

En España, no hay una ley especifica que regule la eutanasia o el suicidio asistido, y ambas prácticas están consideradas como delitos en el Código Penal. La única normativa en la que se pueden amparar personas como Luis es en la Ley de Autonomía del Paciente de 2002, que permite a los enfermos terminales rechazar los tratamientos y soportes vitales que les mantienen con vida. Sin embargo, muchas veces esta ley queda en manos de la interpretación de los profesionales y no se cumple.

Por ello, Unidos Podemos presentó en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para regular la eutanasia y el suicidio asistido el pasado mes de marzo, pero no obtuvo el respaldo de la Cámara debido a los votos en contra del Partido Popular (PP), así como la abstención del Partido Socialista (PSOE) y Ciudadanos (C’s).

Ahora, la formación morada ha planteado una enmienda a la totalidad a una propuesta de ley de Ciudadanos sobre muerte digna y quiere que el texto incluya de nuevo la eutanasia y el suicidio asistido, esperando que esta vez reciba el apoyo de los socialistas. Sin embargo, la idea no ha sido bien recibida por la formación de Albert Rivera. 

En este sentido, es muy importante tener en cuenta que la limitación del esfuerzo terapéutico y la sedación terminal, que plantea la propuesta sobre la muerte digna de Ciudadanos, no son formas de eutanasia. Aunque su aplicación puede acortar la vida, la finalidad de estos procedimientos, habituales en la atención médica a enfermos terminales, es evitar el dolor de los pacientes. La eutanasia sin embargo, causa la muerte directa del enfermo y exige una petición consciente, informada, libre y reiterada por parte del paciente.

La mayoría de españoles apoya la medida

El debate es solo político, ya que a nivel social todas las encuestas coinciden: la eutanasia o el suicidio asistido tienen una amplia acogida en España. Según un sondeo de Metroscopia, publicado en febrero de este mismo año, el 84% de los españoles apoya que los enfermos incurables puedan poner fin a su vida sin dolor.

Aunque la eutanasia cuenta con mayor amplitud entre los votantes de Unidos Podemos (96%) y el PSOE (91%), entre los del PP (66%) sigue siendo también la opinión mayoritaria. Además, el sondeo revela un dato importante: el 56% de los católicos practicantes está a favor de la medida. Un porcentaje que se incrementa notablemente entre los católicos no practicantes (84%) y los no practicantes (88%).

Sin embargo, de momento, la eutanasia o el suicidio asistido están regulados en muy pocos países: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, algunos Estados norteamericanos (Oregón, Washington, Montana, Vermont y California) y Canadá. En todos ellos, los requisitos para solicitarla son prácticamente los mismos: sufrir una enfermedad terminal o un proceso irreversible sin perspectivas de mejora, que el enfermo exprese libre y reiteradamente su deseo de morir y, en este caso, que su caso concreto sea revisado por al menos dos profesionales. También, todos disponen de comités de seguimiento.

María Jesús Vigo Pastur