"Le dije: '[El territorio] es nuestro. Me gustaría que escuchara un momento'. Le dije: 'Señor Jinping, yo insistiría en que es nuestro y que perforaremos allí'", ha declarado este viernes el presidente filipino, Rodrigo Duterte, recordando los detalles de la conversación que mantuvo este lunes con su homólogo chino, Xi Jinping. En su diálogo ambos mandatarios abordaron el tema de la zona en disputa que pretenden ambos países en el mar de la China Oriental y donde Manila planea buscar crudo.
"[El presidente chino] me respondió: 'Somos amigos. Nosotros no queremos luchar contra ustedes. Queremos mantener las actuales cálidas relaciones, pero si fuerzan el asunto, entraríamos en una guerra'", reveló Duterte durante un discurso con motivo de la 33ª convención anual de la Guardia Costera Auxiliar de Filipinas en la ciudad de Davao. "¿Qué más podía decir yo?", se ha preguntado.
"China dijo que si seguimos siendo amigos […] hablaremos de la decisión arbitral. Pero es imposible hacerlo ahora. ¿Sabe por qué? Porque ustedes no son el único demandante. Vietnam también es un demandante virulento", explicó.
El presidente filipino confesó que si todo dependiera únicamente de él, declararía una guerra "en cualquier caso", si bien ha reconocido que la superioridad militar de Pekín convertiría el conflicto en "una masacre" y "destruiría todo".
Mientras Pekín construye con rapidez islas artificiales para reclamar más territorios en la zona, en el mar de la China Meridional también existen diversos territorios en disputa ambicionados por Filipinas, China y Vietnam, además de por Malasia y Brunéi.