México es un país peligroso para los defensores del medio ambiente, especialmente si son indígenas. La noche de este sábado 20 de mayo fue asesinado el ex representante de los bienes comunales del pueblo Wixárrika de San Sebastián Teponahuaxtlán, Miguel Vázquez Torres.
Los Wixárrika son un pueblo originario muy famoso en México por el uso del cacto alucinógeno del peyote para ceremonias espirituales. Su territorio de peregrinaje va desde el estado costero de Nayarit hasta el estado central de San Luis Potosí. En la última década emprendieron la lucha contra concesiones mineras y basureros en Wirikuta, el último destino de su peregrinar y donde se encuentra precisamente la planta sagrada.
El diario 'Milenio' reporta que, en el caso de Vázquez Torres, tuvo una discusión con presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación. Los indígenas emprendieron en esta comunidad un cuerpo de policía comunitaria para defender sus tierras de pequeños propietarios del poblado vecino de Huajimic, al cual de ganaron 200 hectáreas en 2016, y del crimen organizado.
En enero fue asesinado en el estado norteño de Chihuahua el activista ambiental del pueblo indígena rarámuri, Isidro Baldenegro, quien recibió el prestigioso premio Goldman por la defensa de los bosques. En aquel entonces, organizaciones civiles mexicanas anunciaron que entre 2010 y 2016 defensores del medio ambiente habían sufrido 303 ataques.