Más de 100 civiles murieron el pasado 17 de marzo como resultado de un ataque aéreo llevado a cabo por la coalición internacional liderada por EE.UU., en la región occidental de la ciudad iraquí de Mosul, informa el diario 'The New York Times'.
El Pentágono ha responsabilizado a la organización terrorista Estado Islámico por la muerte de esos 105 civiles, argumentando que los extremistas colocaron explosivos en un edificio y luego empezaron a disparar contra las tropas iraquíes que se encontraban en esa zona.
Las fuerzas iraquíes pidieron refuerzo aéreo y la aviación estadounidense respondió lanzando una bomba contra las instalaciones indicadas.
Ni la coalición internacional ni las fuerzas iraquíes habrían estado al tanto de que el edificio estaba minado y que en su interior se encontraban civiles.
Según las investigaciones del Pentágono, la bomba lanzada por uno de los cazas norteamericanos no tenía la suficiente potencia como para destruir el edificio, sino que su objetivo era únicamente eliminar a los terroristas que se encontraban en la parte superior de esas instalaciones. Sin embargo, la explosión de la bomba detonó el material explosivo que los islamistas habían instalado, que a la postre provocó el colapso del edificio.
En abril pasado, la coalición internacional comunicó que en los dos años de la campaña contra el terrorismo en Irak y Siria han muerto un total de 396 civiles producto de los 'daños colaterales', aunque otros informes independientes señalan que la cifra de víctimas inocentes por esta causa sería mucho más alta.