Un total de 99 presos se fugaron la madrugada de este jueves de la Penitenciaría Estatal de Parnamirim, en Natal, capital del estado de Río Grande del Norte, en el noreste de Brasil, informa 'Estadão'.
La información, confirmada por la Secretaría de Estado de la Justicia y la Ciudadanía, es catalogada como la mayor fuga de la historia del sistema penitenciario de Río Grande del Norte.
De esa cifra, nueve reclusos fueron recapturados, según 'Estadão'.
Los detenidos hicieron un túnel cavado en el pabellón 2 y salieron a un matorral cercano a la prisión donde dos autos y una moto los esperaban.
Según 'O Globo', los fugados se cambiaron de ropa para no ser reconocidos, puesto que el uniforme del penal es de camisa blanca y bermudas azules.
La oscuridad dificultó la acción de los guardias. Según la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social, todas las torres de vigilancia tenían funcionarios y fue uno de los guardias quien vio el movimiento, hizo disparos y evitó que la desbandada fuera mayor.
Ya el 7 de enero se habían escapado del recinto penal 14 reclusos.
La transferencia
A inicios de este año, unos 100 presos fueron transferidos a la Penitenciaría Estatal de Parnamirim, provenientes de la prisión de Alcaçuz, la mayor de Río Grande, que alberga a 1.500 presos, donde 26 reclusos fueron asesinados tras un enfrentamiento entre bandas rivales.
Los detenidos transferidos formaban parte las organizaciones delictivas Sindicato del Crimen, rival del Primer Comando de la Capital. Según los relatos de los guardias, los fugados pertenecen a la primera.
En marzo de 2015 motines simultáneos destruyeron 16 del total de 32 cárceles de Río Grande del Norte. En Parnamirim las celdas fueron destruidas y los barrotes arrancados, por lo que los 600 presos están libres en los pabellones.
La situación penitenciaria en Brasil es crítica. Entre el 1 y 2 de enero de este año, 56 internos murieron en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) de la ciudad de Manaos, luego de un enfrentamiento entre bandas rivales.