Como parte de la estrategia para reestructurar el equipo responsable de comunicaciones y prensa de la Casa Blanca, luego de numerosas polémicas por declaraciones de sus funcionarios, la administración del presidente Donald Trump ha discutido la posibilidad de frenar su actividad en los medios sociales, y especialmente en Twitter.
Según informaron fuentes presidenciales, citadas por 'The Wall Street Journal', los tuits del mandatario se han convertido hoy en día en una charla informal cuyas palabras a menudo salen sin filtrar de su cabeza, y por tanto son un asunto que requiere mayor responsabilidad. "La idea es crear un sistema para que los mensajes no salgan de la mente del presidente directamente al universo", subrayó un asesor.
Para tal fin se propone que un grupo de abogados revise las publicaciones de Trump antes de ser difundidas en las redes sociales. De esta manera, los legistas podrán decidir si sus declaraciones deben ser "ajustadas o restringidas".
Algunos de los tuits más recientes de Trump han provocado una gran cobertura de los medios. El pasado 4 de marzo acusó en la Red a la administración de su predecesor, Barack Obama, de interceptar sus comunicaciones, mientras que el 12 de mayo afirmó en otro mensaje que el recientemente destituido director del FBI, James Comey, debería confirmar que no haya grabaciones de sus conversaciones "antes de empezar a filtrar a la prensa".
I'd bet a good lawyer could make a great case out of the fact that President Obama was tapping my phones in October, just prior to Election!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 4 марта 2017 г.
Al respecto de las medidas, el propio líder estadounidense sugirió a mediados de mayo cancelar "todas las futuras ruedas de prensa" y sustituirlas por comunicados escritos con el objetivo de lograr precisión en el relato de los acontecimientos.