Si bien Washington no mantiene disputas territoriales en la región de Asia y el Pacífico, sí lo hacen varios de sus aliados, y ese es uno de los factores que podrían desatar una guerra naval entre China y EE.UU. Pero a pesar de que los desacuerdos son un hecho innegable, las fuerzas navales de esos dos países no están destinadas a tener una relación mutuamente antagónica, considera el almirante John Richardson de la Armada de EE.UU.
"Hay algunas áreas en las que no estamos de acuerdo. Creo que eso es algo natural entre dos naciones —ya saben— de este poder y complejidad", comentó el jefe de operaciones navales frente a una audiencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington. Sin embargo, Richardson asegura que ambas partes hacen "todo lo posible para mitigar y minimizar el riesgo de incurrir en algún tipo de error táctico que dé lugar a una escalada".
Así, el almirante señala una serie de simples hábitos de interacción entre ambas Armadas que evitan el malgasto de tiempo y recursos en confrontaciones innecesarias.
1. Mantener la previsibilidad: según Richardson, el Código para Encuentros Imprevistos en el Mar, un acuerdo firmado por China, EE.UU. y otras 19 naciones para reducir el riesgo de incidentes marítimos, provee "un nivel de previsibilidad" para las Marinas de guerra en caso de encuentros inesperados, y proporciona mecanismos "de extrema importancia" para intercambiar comunicaciones.
2. Diálogo estrecho entre líderes: "La comunicación de líder a líder es muy importante", señala el almirante, subrayando la importancia del intercambio de información entre los jefes navales y agregando que "cuanto más creamos, aunque suene trivial, confianza entre sí —y algunas veces a un nivel muy personal— mejor se logran manejar las crisis y errores de cálculo cuando suceden".
3. Crear un precedente: Richardson asevera que los poderes marítimos deben acatar las normas acordadas y reforzarlas "con un nivel de comunicaciones continuo y estable" a fin de que estas conductas se vuelvan rutinarias y que "la gente entienda lo que uno pretende conseguir", pues, "ante la falta de información o de comunicación, la gente con demasiada frecuencia interpreta las cosas para lo peor".