El pasado 5 de junio, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, informó ante presidentes, diplomáticos, ministros y activistas defensores del medio ambiente de casi 200 naciones que los mares están "amenazados como nunca antes" al estar siendo dañados gravemente por "la contaminación, la pesca excesiva y los efectos del cambio climático.
La conferencia de cinco días que se inició con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente es el primer evento importante luego de que el presidente Donald Trump anunciara la salida de EE.UU. del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, una decisión que fue criticada fuertemente por mandatarios de varios países, entre ellos, el boliviano Evo Morales y Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Guterres agregó que el objetivo de la conferencia es "cambiar las cosas" y resolver los problemas que "nosotros creamos". "Debemos hacer a un lado las ganancias nacionales a corto plazo para evitar una catástrofe global a largo plazo", enfatizó el jefe del organismo internacional. "Conservar nuestros océanos y utilizarlos de manera sostenible es preservar la vida misma", dijo Guterres.
Por su parte, Peter Thomson, diplomático de Fiyi y presidente de la Asamblea General, aseguró que "ha llegado el momento de corregir nuestras equivocaciones", haciendo referencia al cambio climático. "Es inexcusable que la humanidad vierta al océano cada minuto de cada día el equivalente a un camión grande de basura cargado de plástico".
Thomson también agregó que esta conferencia es, probablemente, la mejor oportunidad para "revertir el ciclo de deterioro que la actividad humana ha traído al océano", ya que está convencido que solo así se puede lograr la meta de la ONU para 2030 para conservar y administrar los recursos de los mares.
"Vivimos en una sociedad donde todo es desechable"
En entrevista con RT en Español, Verónica Aguilar Sierra, especialista en Ecosistemas Acuáticos Continentales y Marinos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), asegura que "los océanos se han convertido en enormes vertederos de basura debido, principalmente, a la mala gestión de los residuos urbanos en general".
Esto se debe, asegura la investigadora de la CONABIO, "a que cada año, aproximadamente diez millones de toneladas de basura van a parar a los mares y océanos del mundo, acumulándose en los fondos, la columna de agua, la superficie marina y las costas. De esta manera, la luz solar, el agua salada y las olas desintegran los plásticos en fragmentos más pequeños formando microplásticos".
Y agrega: "Los plásticos, y en particular los residuos de envases como botellas de bebidas y las bolsas desechables, son el tipo de basura más habitual en el medio marino. Pero la lista es interminable: redes de pesca dañadas, cuerdas, toallitas higiénicas, pañales, tapones, preservativos, colillas, encendedores desechables y hasta teléfonos celulares".
La especialista asegura a RT que "vivimos en una sociedad donde todo es desechable. El problema es que estos plásticos, derivados del petróleo, están diseñados para durar cientos de años. Los productos químicos plastificantes como el bisfenol-A (BPA, por sus siglas en inglés) interrumpen el desarrollo embrionario y están vinculados a enfermedades cardíacas e, incluso, al cáncer".
RT: ¿Qué hace falta, en materia de política pública por parte de los gobiernos, para evitar que se acumule el plástico en los océanos?
VA: Los convenios y tratados actuales no cubren todos los mares y océanos y son instrumentos no vinculantes, lo cual hace difícil su implementación. Existen programas y planes de acción a nivel regional y nacional, sin embargo, no incluyen la parte correspondiente a las actividades tierra adentro que tienen que ver con la mejora de procesos, estándares y directrices. Tampoco establecen medidas obligatorias para prevenir, remover, reducir, rediseñar, reusar, rechazar, reciclar y recuperar desechos plásticos entre la industria, los usuarios, las actividades pesqueras y de acuacultura. Asimismo, se requiere del establecimiento de acuerdos y medidas correctivas, educación y concientización de los usuarios para disminuir el uso y la dependencia hacia los materiales plásticos.
RT: ¿Hay algún país que esté poniendo el ejemplo, es decir, que diseñe iniciativas para el cuidado de los océanos?
VA: Entre los países que tienen programas dirigidos a combatir la contaminación marina por desechos plásticos y microplásticos a través del gravamen de algún tipo de impuesto o prohibición en el uso de bolsas de plástico están varios países de la Unión Europea como Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Francia y otros como Bután, India, Taiwán y China.
RT: Finalmente, ¿qué especies en el océano están más amenazadas y podrían, incluso, repercutir en el cambio o transformación de los ecosistemas tanto de México como de otros países?
VA: Dado el tamaño y la prevalencia de la basura en el mar, las aves y los animales marinos la confunden con comida. Se ha denunciado que más del 40% de las especies de ballena, delfín y marsopas que existen, todas las especies de tortugas marinas, y cerca del 36% de las especies de aves de mar han ingerido basura. La ingestión no se limita a uno o dos individuos, sino que afecta a bancos de peces, así como a bandadas de aves. A menudo, las tortugas caguamas confunden las bolsas de plástico con medusas, que son su alimento favorito. Con frecuencia, los albatros son encontrados estrangulados por los anillos de plástico que sujetan los 'six-packs' de refrescos.
De acuerdo con la maestra Verónica Aguilar, "un estómago lleno de plástico indigerible puede impedir al animal alimentarse, por lo que acabará muriendo de hambre. Los productos químicos que contienen los plásticos también actúan como veneno y, según la dosis, pueden debilitar permanentemente al animal o provocar su muerte. Los fragmentos más grandes de plástico suponen una amenaza real para la vida marina".
José Luis Montenegro