James Comey, exdirector de FBI, quien admitió haber llevado un registro escrito detallado de sus conversaciones con el presidente Donald Trump, explicó con un singular ejemplo por qué decidió no filtrar él mismo sus anotaciones a la prensa.
En sus declaraciones ante el Congreso de EE.UU. este jueves, Comey señaló que hizo entrega de sus notas a un amigo suyo al cual le pidió que compartiera esa información con los medios. De acuerdo con 'The Washington Post', posteriormente se supo que se trataba de Daniel Richman, un profesor de la Escuela de Derecho de Columbia (EE.UU.).
Cuando el senador republicano Roy Blunt le preguntó el motivo por el cual escogió hacer públicos los detalles de sus conversaciones a través de una tercera persona, el exdirector del FBI admitió que estaba preocupado de que los medios lo asediaran a las afueras de su casa. Según agregó, haber dado la información directamente a un periodista habría sido "como alimentar gaviotas en la playa".
La comparación no solo provocó algunas risas en el recinto, sino además fue motivo de burla por parte algunos periodistas e internautas en las redes sociales, algunos de los cuales la consideraron bastante acertada.
"Feeding seagulls at the beach" to describe the press is pretty accurate tbh, just constant screeching and fighting over trash— Susie Cagle (@susie_c) June 8, 2017
"La descripción es bastante exacta, para ser honestos. Constantemente chillan y luchan [los medios] sobre la basura (…) Nunca escuché una mejor descripción de los medios de comunicación", fueron algunos comentarios en Twitter.
- Este 8 de junio, Comey hizo sus primeras declaraciones públicas desde que fue separado del cargo de director de FBI. En ellas se refirió a las razones de su destitución, los encuentros que mantuvo con el presidente Donald Trump y la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales del 2016.
- Según el testimonio que previamente envió al Comité de Inteligencia del Senado, Comey conversó con el mandatario un total de nueve veces en el transcurso de cuatro meses —tres en persona y seis por teléfono— antes de su abrupto cese el pasado 9 de mayo.
- El exdirector del FBI afirmó que llevó a cabo el registro de las conversaciones con el fin de "defender no solo a mi persona, sino también al FBI y nuestra integridad".