Desde Shanghái hasta EE.UU.: Así opera el servicio secreto de espionaje chino
El Ministerio de Seguridad del Estado de China (MSS, por sus siglas en inglés), es el máximo organismo de la inteligencia china. Ha sido creado para mantener la seguridad interna y ejecutar tareas de inteligencia internacional que defiendan los intereses de su país.
Una de sus unidades más importantes, la Oficina de Seguridad del Estado de Shanghái (SSSB, por sus siglas en inglés) ha sido involucrada en varios incidentes, como el allanamiento de la empresa australiana Rio Tinto, que habría ejecutado tareas de espionaje en el país asiático y un supuesto caso de reclutamiento del ciudadano estadounidense Glenn Duffie Shriver, quien luego intentó enrolarse en las filas de la CIA y del Departamento de Estado de EE.UU.
Este caso no ha sido el único que involucró a un funcionario del Gobierno estadounidense. En marzo de 2017, Candace Marie Claiborne, una empleada del Departamento de Estado, fue acusada de mantener vínculos con el MSS y recibir decenas de miles de dólares en obsequios y beneficios por parte de los agentes chinos, regalos que incluyeron una matrícula de estudios en una escuela de moda china. La sospechosa enfrenta ahora una condena de hasta 55 años en prisión por varios cargos contra el Gobierno.
El modus operandi de los agentes de espionaje chinos
Este caso habría llevado a investigadores del FBI tras la pista de varios supuestos agentes chinos del MSS que operarían no solo en EE.UU., sino en otros países europeos y africanos, según lo afirma Peter Mattits, miembro del Programa China de la Fundación Jamestown, en un artículo publicado por la revista estadounidense 'The National Interest'.
Estos espías operarían bajo identidades falsas, haciéndose pasar por diplomáticos, periodistas, profesores o empresarios, dedicados a la búsqueda, selección y manejo de fuentes de información en todo el mundo. Los datos obtenidos luego serían transmitidos directamente a los funcionarios de la SSSB o la MSS.
Mattis destaca un caso en el que después de 4 años de contacto con Claiborne y decenas de miles de dólares en 'regalías' a esta, la SSSB habría encargado a la funcionaria información sobre los planes de Washington respecto al tipo de cambio del yuan en el mercado internacional. Uno de los agentes del SSSB se habría quejado con su informante de que los datos provistos por Claiborne "son útiles, pero se pueden encontrar libremente en Internet".
Por ello, Mattis asegura que el beneficio que la agencia de inteligencia china recibiría de sus informantes parece ser mínimo. Al menos, por el momento.