El escudo antimisiles de EE.UU. pierde su razón de ser frente a este misil hipersónico ruso
Después de una exitosa prueba en Australia del misil hipersónico HiFIRE4, confeccionado por los ingenieros de ese país conjuntamente con armeros estadounidenses, los medios internacionales no dejan de plantear el tema de supremacía rusa en la tecnología militar Mach 5+.
El misil más veloz ruso es el 3M22 Tsirkón (SS-N-33 en designación de la OTAN y también conocido como 'Zircón') y es además maniobrable. Desde marzo del 2016 ha sido sometido a varias pruebas y la última tuvo lugar el pasado mes de junio. Cuando este aparato antibuque con velocidades de hasta Mach 8 se incorpore en la Armada rusa, la situación en el mar cambiará drásticamente, estiman los expertos.
En opinión del analista Mark Schneider del laboratorio de ideas National Institute for Public Policy, cuyas palabras recogió 'The Washington Times', el Pentágono está "obviamente bastante atrás" en la carrera por lograr el misil más rápido. Los propios funcionarios del departamento están preocupados por la amenaza que genera el 3M22 para los buques estadounidenses, según el diario.
Los portaviones, que aventajan a la Armada estadounidense frente a otras potencias marítimas, son especialmente vulnerables a esta clase de armas. "Incluso un buque de tamaño inferior armado con Tsirkones se convierte en un rival formidable para cualquier portaviones", admite la revista virtual de Strategic Culture Foundation. "No existe por el momento ningún arma para hacer frente al Tsirkón".
La existencia de los sistemas navales de artillería y de defensa antimisiles pierden su razón de ser frente a esta nueva arma rusa, porque la velocidad de los nuevos misiles se encuentra más allá de los límites del alcance operacional. Lo anterior se refiere tanto para el misil que desarrollan los rusos como el proyecto de sus competidores, pero el tamaño también importa.
Hay diferencia en el enfoque de Rusia y de los países occidentales. Una gran ventaja de los proyectiles hipersónicos occidentales son sus reducidas dimensiones y su fabricación en serie relativamente barata. Se podrá bombardear al enemigo con un 'puñado' de estos proyectiles. En cambio en Rusia los armeros enfatizan su capacidad en eliminar los objetivos 'difíciles de hundir', ante todo los portaviones y los buques que los suelen acompañar.