Esta semana el portal informativo Zerohedge ha sintetizado las previsiones de tres grupos de analistas bancarios para el año que viene. El pronóstico resultante es que la actividad económica a nivel mundial puede exponerse a un riesgo jamás visto en cuestión de meses.
Se trata de la previsible contracción simultánea de las hojas de balance de al menos cuatro bancos centrales (el europeo, de Japón, Suecia, el Reino Unido) y la Reserva Federal, en Estados Unidos.
Según los cálculos del Bank of America Merrill Lynch, después de la crisis del 2008 las cinco entidades de referencia mencionadas inyectaron juntas 15,1 billones de dólares en liquidez (3,1 billones al año). Sin embargo, en algún momento comenzarán a deshacerse de esos activos, vender más de lo que compran: algo que se convertiría en un gran problema para el mercado.
En Credit Suisse creen que ese momento del paso por el balance cero llegará en 12 meses, el equipo analítico de Citygroup pone los marcos temporales entre 12 y 18 meses, mientras que para el estratega jefe de inversiones de Bank of America, Michael Hartnett, todo puede suceder abruptamente en los próximos 3 o 4 meses. Este último pronóstico es menos viable, porque el Banco Central Europeo ha programado más compras récord para estos meses, antes de ponerse a vender.
La política de reducción gradual de la compra de activos realizables ya se ha puesto en marcha por parte de la Reserva Federal, el Banco de Japón y el BCE. El presidente de esta última entidad supranacional, Mario Draghi, hizo lo posible para disimular esta tendencia el año pasado como si fuera un acontecimiento ordinario: un enfoque que efectivamente minimizó el impacto sobre el mercado.
Según Hartnett, sus cinco bancos centrales de referencia no han dejado todavía de aumentar la masa monetaria. Compraron activos por 350.000 millones de dólares en abril, 300.000 millones de dólares en mayo y algo menos de 100.000 millones de dólares en junio. Pero la tendencia, en su opinión, es obvia.
Más grave será el estrés para la economía mundial, cuanto más alto suban los balances agregados de los bancos centrales de los países desarrollados antes de la contracción. Y esta cifra total sigue batiendo récords mes tras mes, pese a una desaceleración del alza. Cabe destacar que desde el 2008 no ha habido momentos en que los balances agregados se hayan disminuido, afirman los analistas.
Así, en aproximadamente 12 meses la economía global afrontará un período de contracción conjunta de las hojas de balance de los bancos centrales. Eso corresponderá al tercer trimestre del próximo año.
El momento más peligroso llegará cuando el crecimiento de cotizaciones coincida con la modulación trimestral de los ingresos de compañías. En espera de esta tendencia en los próximos meses los mercados comprarán la volatilidad y, en lo que se refiere a los valores de rendimiento fijo, sacarán dinero de los activos de alto riesgo, incluidos los mercados en vías de desarrollo.
Dicha coincidencia implica que los bancos y grandes jugadores bursátiles privados pueden plantear deshacerse de sus activos realizables simultáneamente. En este caso el mercado de liquidez podría desplomarse en cuestión de horas. Así, las consecuencias de lo ocurrido con la caída de Lehman Brothers sería un juego de niños comparado con lo que podría suceder llegado ese momento.