La administración de Donald Trump tiene que elegir cómo reaccionar ante un eventual ataque preventivo de Pionyang. Ya no es viable prevenir la propia capacidad de atacar con armas nucleares el territorio continental de Estados Unidos, sostiene el exdirector de la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA, Michael Hayden.
De camino a "potencia nuclear"
"Las opciones disponibles son limitadas", afirmó Hayden en declaraciones a la CNN. "Pienso que la administración de Trump empieza a darse cuenta de que hay problemas sin solución real". Las autoridades estadounidenses podrían ralentizar el desarrollo del programa nuclear norcoreano, pero eso no alteraría el camino.
Los norcoreanos "saben qué quieren conseguir y el rumbo ha sido determinado muy claramente", admitió el veterano de los servicios especiales. Washington solo podría "conseguir una flexibilización en este camino, retardar de algún modo su implementación, pero ellos de todas formas se convertirán en una potencia nuclear".
Sin embargo, el propio Trump declaró en una reunión con los miembros de su gabinete que él y su equipo podrán salvar las dificultades en torno a Corea del Norte.
10 minutos para decidir
Si Corea del Norte es efectivamente capaz de atacar el continente americano, una vez que emprenda un ataque con armas nucleares, el presidente contará con apenas 10 minutos para autorizar una operación de respuesta, estimaron dos expertos cuestionados por 'The New York Post' en mayo pasado.
"Las cosas pueden irse de las manos y rápido", cita el periódico, resumiendo su consulta con el analista en programas de misiles Markus Schiller y el científico especializado en materia de seguridad David Wright. Media hora sería el tiempo necesario para que un misil balístico intercontinental lanzado por Pionyang alcance la ciudad de San Francisco. Para atacar Seattle y Los Ángeles el vuelo debería durar menos. Nueva York y Washington serían impactadas en menos de 40 minutos.
Mientras tanto, si Kim Jong-un decide lanzar una carga nuclear contra los países vecinos, tardará entre 10 y 11 minutos para recorrer la distancia hasta Tokio y entre 0 y 6 minutos para impactar en cualquier punto en Corea del Sur, advierten expertos estadounidenses.
En este último caso no serían necesarios para el ataque los más recientes diseños de los ingenieros norcoreanos, sino que bastaría algún Scud ER de fabricación soviética, algo modificado. Los expertos han coincidido en proponer el puerto de Busan entre los eventuales blancos prioritarios de ataque, puesto que suelen amarrar allí los buques de EE.UU.
"Los plazos son cortos", explicó Wright. "Incluso para los misiles de largo alcance, hay muchos pasos para detectar el lanzamiento y averiguar qué es, dejando unos 10 minutos al presidente para decidir si lanza o no un ataque de represalia".
Alcance medio, no intercontinental
El caso es que todos los misiles probados hasta el momento por los norcoreanos han sido de alcance medio y no intercontinental, según aseguró el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, después de la primera prueba del Hwasong-14 a principios del pasado mes de julio. Los radares desplegados en Siberia estaban monitoreando los lanzamientos tanto del 4 de julio, como del 28 de julio. Una carta fue enviada por Moscú a la ONU y otra a EE.UU. explicando los detalles.
El primer proyectil recorrió una distancia de 510 kilómetros en 14 minutos, alcanzando una altitud de 535 kilómetros antes de caer al mar de Japón, insistían los rusos. Igualmente el segundo misil lanzado no llegó a recorrer "miles de kilómetros" en ninguna dirección, según Moscú.
Pionyang insiste en que los Hwasong son intercontinentales. El sábado pasado uno de esos misiles cubrió 988 kilómetros de distancia en unos 47 minutos, al elevarse a una altura máxima de 3.725 kilómetros, conforme a los medios norcoreanos.