¿Cuál será el siguiente paso de Corea del Norte?
Corea del Norte no cesa en las pruebas de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) en pleno desafío a EE.UU. y a su vecino del sur. El ejemplo más evidente fue el lanzamiento realizado el 28 de julio pasado, cuando un misil Hwasong-14 (denominado por el Pentágono como 'KN-20') demostró tener un alcance más efectivo, lo suficiente, para llegar a la costa oeste de Estados Unidos, aunque con una reducida carga. Además, fue el primero en realizarse de noche.
No obstante, aunque Pionyang pueda contar con un ICMB, su amenaza es actualmente limitada para las poco sofisticadas ojivas nucleares, explica el experto aeroespacial John Schilling, en un artículo publicado en el sitio de internet 38North.
¿La última prueba fue un fracaso?
La mezcla entre un mejor rendimiento y la realización de lanzamientos nocturnos revela una posible falla de sus pruebas, advierte Schilling. Muestra de ello fue la prueba del 28 de julio pasado, ya que el misil en lugar de caer lejos en el mar, entró en la atmósfera y fue visto desde Japón en un cielo nocturno totalmente claro.
Durante su trayecto, el misil emitió un brillo y, unos segundos después, se desintegró en dos objetos visibles y dejó un rastro de vapor. Y aunque el brillo podrías haberse debido a diferentes razones, la ruptura posterior es reveladora, concluye Elleman, señalando que es poco probable que una ojiva nuclear hubiera sobrevivido.
No obstante, a diferencia del lanzamiento anterior, esta vez el misil alcanzó una altitud de más de 3.700 kilómetros, frente a 2.800 kilómetros. Corea del Norte dio una pista de cómo sucedió a través de un comunicado de prensa en el que detalló que el número de motores aumentó. No obstante, el analista concluye que los motores por sí solos no podrían explicar tanta diferencia en altitud, por lo cual supone que se redujo considerablemente la carga, al utilizar un vehículo de reentrada más ligero: de entre 300-350 kilos en vez de 500. Al mismo tiempo, Schilling estima que este peso sería insuficiente para un ataque exitoso.
¿Cuál será el siguiente paso?
"Si bien el 'KN-20' puede tener algún valor disuasivo incluso en su forma actual, que es poco fiable, probablemente llevará uno o dos años más para lograr que tenga plena capacidad operativa", concluye Schilling. Para lograrlo, Corea del Norte debería mejorar el diseño del 'KN-20'.
"El hincapié en las ojivas pesadas sugiere que Corea del Norte planea utilizar toda capacidad de carga adicional que pueda sacar de su diseño. Una posibilidad obvia es una ojiva termonuclear", escribe Schilling. El autor explica que Pionyang puede incorporar un elemento termonuclear para aumentar el rendimiento de las ojivas de fisión de 10-20 kilotones que tiene en la actualidad.
Además, es posible que Corea del Norte intente incorporar unos vehículos de reentrada más avanzados, junto con elementos destinados a derrotar la defensa antimisiles. "Además, tendrán que demostrar una ojiva nuclear ligera capaz de sobrevivir a una reentrada más rápida y más caliente de un misil de largo alcance".
"Mientras que las ambiciones de Corea del Norte van más allá de la costa oeste, a lugares como Washington D.C., si quieren realizarlas con este misil, tendrán que cambiar el diseño considerablemente", concluye Schilling.