El Ministerio de Defensa de Japón discutirá la necesidad de reforzar las Fuerzas de Autodefensa del país y equiparlas con armas ofensivas. Poco antes de que el diario 'Nikkei' diera a conocer esta información, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, efectuó una reorganización del gabinete ministerial.
El nuevo ministro de Defensa, Itsunori Onodera, afirmó el pasado jueves que el jefe de Gobierno pidió revisar el programa de defensa del país por la "agudizada situación en materia de seguridad" y también lo justificó por el aumento de la amenaza por parte de Corea del Norte debido a sus continuos lanzamientos de misiles.
Vladímir Nelidov, experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales, sostiene que el cambio en la política de defensa del Gobierno nipón "no es revolucionario o radical" y encaja en su "lógica tradicional de la política militar", que es "maximizar su seguridad mediante la reacción más eficaz ante las amenazas". "Estas amenazas son Corea del Norte, debido a su programa nuclear, y China", ha indicado Nelidov a RT.
El experto ha señalado que Japón ya había considerado anteriormente la creación de un sistema antimisiles nacional para contrarrestar los desafíos de Corea del Norte y ha destacado que, en caso de un conflicto real, "puede surgir la necesidad de un ataque preventivo". En esta situación, "desde el punto de vista de los estrategas militares japoneses, estas medidas pasivas no son lo suficientemente eficaces", explica Nelidov.
En la actualidad, el armamento de las fuerzas nacionales de autodefensa japonesas sirve únicamente para repeler un eventual ataque enemigo. La decisión del Ministerio de Defensa a favor del reforzamiento de su Ejército sería la primera vez tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial que Japón podría obtener equipamiento de armas ofensivas.
¿Quién suministrará a Japón el nuevo armamento?
"La base económica y el nivel del desarrollo científico y tecnológico de Japón, incluso en la esfera técnico-militar, es bastante alto, por eso no tendrá muchas dificultades con el cumplimiento de estos objetivos", ha comentado a RT Anatoli Koshkin, profesor del Instituto de Oriente.
Según el experto, lo que los japoneses no puedan fabricar con sus propios esfuerzos lo van a comprar en Estados Unidos, donde también están interesados en esta reforma.
Por su parte, Nelidov señala que EE.UU. tiene no solo intereses económicos en el reforzamiento militar de Japón, sino también políticos. "No necesitan un aliado débil. Necesitan un país que estaría vinculado a EE.UU. con relaciones estrechas de aliados, pero al mismo tiempo contaría con suficiente potencial militar para defenderse y, probablemente, incluso participar en algunos conflictos del lado de EE.UU.", opina el experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales.
Convertirse en un país "normal"
El carácter pacifista de la Constitución de Japón impone restricciones a las actividades militares del país que no estén directamente relacionadas con la defensa. A diferencia de Rusia, EE.UU., China, Francia y el Reino Unido, el país asiático no posee portaviones, bombarderos estratégicos o misiles balísticos intercontinentales. Tampoco cuenta con armas nucleares.
Las autoridades encabezadas por Shinzo Abe explican la política de reforzamiento de las Fuerzas de Autodefensa con la intención de convertirse en un "país normal". En ese sentido, Nelidov recuerda que "Japón no tiene potencial bélico ofensivo y posibilidades jurídicas para su uso".
"Se trata de que Japón pueda acercarse a países como el Reino Unido o Francia, comparables según su potencial y papel político en el mundo", precisa el experto.
A su modo de ver, la Constitución seguirá en vigor y "los cambios que busca introducir Abe y sus partidarios no afectan a su carácter pacifista". "Que yo entienda, se trata solo de documentar por escrito en la Constitución la existencia de las Fuerzas de Autodefensa de Japón", agrega.
Koshkin, por su parte, sostiene que el Gabinete de Shinzo Abe lleva mucho tiempo intentando derogar las restricciones de la Constitución pacifista acerca de las Fuerzas Armadas, unas restricciones que, de hecho, ya no funcionan.
¿Peligro para Rusia?
En lo que concierne a la potencial amenaza para Rusia a raíz de la militarización de Japón, ambos expertos coinciden en que Moscú se verá obligada a incrementar su poderío militar en el Este.
Nelidov no cree que la política de Japón lleve a un conflicto armado entre los dos países, aunque no descarta esta hipotética posibilidad. En su opinión, sí "incentivará una carrera armamentística en Asia Oriental", lo cual no está en los intereses del Kremlin.