Como todos los años en agosto, EE.UU. y Corea del Sur realizarán ejercicios militares conjuntos, que hacen aumentar la tensión con Pionyang. Sin embargo, a diferencia de otros momentos, esta vez la práctica llegará en el punto de mayor tensión, con amenazas concretas de ataques.
Denominadas Ulchi-Guardián de la Libertad, las maniobras movilizarán, entre el 21 y el 31 de agosto, a decenas de miles de militares por aire, tierra y mar y tendrán, según explicaron autoridades de ambos países, una naturaleza defensiva, aunque también buscarán disuadir a Corea del Norte del lanzamiento de misiles con destino a isla de Guam, anunciado para "mediados" de este mes, publicó el diario 'The Guardian'.
La habitual preocupación de Corea del Norte ante este tipo de ejercicios se ha acrecentado porque, en el pasado, habrían incluido simulacros de decapitación del presidente Kim Jong-un y de los principales generales.
Amenazas cruzadas
La tensión mayor en la previa a la maniobras ha sido generada por el anuncio norcoreano de un inminente lanzamiento de cuatro misiles balísticos de alcance intermedio Hwasong-12, que caerían en cercanías de la isla de Guam, en el océano Pacífico, que se suma a sus pruebas de misiles balísticos.
Del otro lado del Pacífico, la retórica belicista del gobierno de EE.UU. no se hizo esperar. Las advertencias del presidente Donald Trump han incluido, entre otras cosas, el aviso de "un fuego y una furia que el mundo nunca ha visto". "Las soluciones militares están ahora plenamente preparadas, cargadas y listas, si Corea del Norte actúa imprudentemente. ¡Esperemos que Kim Jong-un encuentre otro camino!", ha afirmado.
Esta ofensiva dialéctica, sin embargo, no ha mermado el ánimo norcoreano, ya que sus autoridades militares han respondido que analizarán "el discurso y el comportamiento de EE.UU." y ha advertido que Washington sufrirá una "derrota vergonzosa".