Desde hace meses, la diplomacia latinoamerica ha parecido pender de un hilo, tras las declaraciones cada vez más subidas de tono de un grupo de países latinoamericanos contra el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, un vuelco sorprendente se ha producido luego de que estos 'detractores habituales' manifestaran su rechazo a la amenaza de una intervención militar estadounidense contra Venezuela.
Así, dos días antes de que el presidente estadounidense Donald Trump afirmara que no descarta una "opción militar para Venezuela", la tensión entre ese país suramericano y Perú había llegado a su punto máximo.
El 11 de agosto, Caracas anunció la expulsión del funcionario que encabezaba la misión diplomática peruana y señaló que el presidente de ese país, Pedro Pablo Kuczynski, se había "convertido en un enemigo de la Patria de Bolívar". Horas antes, en Lima le habían comunicado al embajador venezolano que tenía cinco días para empender el regreso a su patria.
Esa misma semana, el 9 de agosto, se reunieron en Perú representantes de 17 países americanos. Allí, los cancilleres de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y México, 12 en total, firmaron la 'Declaración de Lima'.
En ese documento afirmaban que "Venezuela no es una democracia" y que consideraban 'ilegítimos' los actos emanados de la Asamblea Nacional Constituyente, cuyos miembros fueron elegidos el pasado 30 de julio por 8 millones de electores, sobre un padrón de 19 millones.
En ese mismo inventario de acciones contra el gobierno de Maduro, el 5 de agosto fue suspendida Venezuela del Mercado Común del Sur (Mercosur), por "ruptura del orden democrático".
A pesar de este panorama, en el cual el mandatario venezolano se había convertido en un "paria entre los líderes latinoamericanos", según el New York Times, bastó luego la amenaza militar de Trump para que surgieran los comunicados y declaraciones tanto de eventual respaldo a Venezuela como de manifiesto rechazo a cualquier intervención foránea en la región. ¿Cómo se explica este fenómeno?
La paz como única alternativa
"América Latina tiene una larga tradición de promoción de la paz. La región siempre ha optado por posiciones que privilegian salidas diplomáticas y pacíficas de los conflictos", explica a RT el analista político e internacionalista Luis Quintana.
En particular, durante la era de Hugo Chávez se desarrolló un "sentido común en el que lo políticamente correcto era estar alineado regionalmente, aun más frente a desafíos de EE.UU.", expone Quintana.
"Con Chávez nació otro mundo en el continente", afirmó a su vez el presidente Maduro en 2013, al referirse a la estrategia geopolítica del líder revolucionario.
El mandatario fallecido abogó por un "mundo pluripolar" que incluyó la creación de bloques regionales, entre los que se encuentran el ALBA, la Unasur, la Celac, Petrocaribe y el fortalecimiento de los acuerdos de cooperación con los países caribeños, Cuba incluida.
#FelizCumpleanosComandante El Lider Hugo Chavez, fortaleció la integración de América Latina y el Caribe!! pic.twitter.com/uXkZ41VJUw— Tik (@tik18) 28 de julio de 2017
Entrevistado por RT, el politólogo Katu Arkonada, exasesor del gobierno boliviano, destaca la figura de Chavez, junto con la de Fidel Castro, como "los dos grandes arquitectos del cambio de época en América Latina". Venezuela, añade, ha sido "un país muy importante para la integración latinoamericana y caribeña".
Frente a esa circunstancia ya histórica, Quintana por su parte resalta que las recientes amenazas bélicas de Trump "trasgreden un elemental principio de autopreservación de la paz relativa que se vive en la región".
¿Gobiernos amigos?
A Quintana no le sorprende que incluso los representantes de los países que más han adversado a Maduro, ahora rechacen la opción militar anunciada por Trump.
"No es que no quieran pulverizar la Revolución; al contrario, quieren agotar todas las vías de presión y aislamiento para forzar la salida del chavismo. Pero es notorio que perciben la opción militar como transgresora de sus propios intereses nacionales y regionales".
Por su parte, Arkonada hace referencia al giro que se produjo en la política exterior y en la doctrina de seguridad de EE.UU. durante el gobierno de Barack Obama.
"En América Latina se produce un viraje. Se desactiva parcialmente la agresión contra Cuba y se coloca a Venezuela en el punto de mira", explica el politólogo.
En su opinión, en este momento político se evidencia "la posición geopolítica de cada país: la izquierda, la derecha, los proyectos en favor de la emancipación de los pueblos o las cancillerías cipayas del imperio".
Venezuela como garantía
"Cualquier situación que comprometa la paz de Venezuela generaría un descalabro geopolítico continental", afirma Quintana.
En cifras, el país suramericano no sólo representa la cuarta economía de la región, sino que, más determinante, tiene las mayores reservas energéticas mundiales, surte al Caribe de petróleo y mantiene en ese orden estrechas alianzas con China y Rusia.
"Si Venezuela se resfría o si se levanta vigorosa, la región nunca podría ser indiferente", concluye.
En opinión de Arkonada, la tierra del Libertador Simón Bolívar "nos saca las contradicciones y permite determinar dónde se ubica cada quien en este empate continental".
Nathali Gómez