Video, fotos: Los cementerios de máquinas más apocalípticos que ha dejado nuestra humanidad
Todo lo que hace nuestra humanidad, sea automóviles, aviones o locomotores o barcos, tiene su vida útil. Normalmente, cuando esta acaba, todos estas máquinas se convierten en chatarra, pero no siempre.
Olvidados monumentos de distintas naciones y épocas, algunos creados intencionadamente, otros por negligencia y descuido humano, estos ocho cementerios nos hacen más pensar en lo perecedero de esta vida
1. El Cementerio de las Anclas, Portugal
El Cementerio de las Anclas es un monumento conmemorativo a una profesión difícil y peligrosa que ya ha desaparecido en la isla de Tavira, en la provincia portuguesa de Algarve.
En su día, este lugar fue un asentamiento de una pequeña comunidad pesquera, y los oxidados restos de ese pasado -anclas de la antigua flota pesquera utilizada para pescar atunes- aún permanecen en las dunas de arena.
Pero los caladeros de la zona se agotaron, y el lugar fue abandonado por los pescadores en 1968, que dejaron allí sus barcos y todos sus equipos de pesca. Con el paso de los años, se pudrió casi todo, excepto las anclas, que fueron cuidadosamente llevadas a un mismo lugar por los nuevos habitantes de la isla y colocadas en filas.
2. Cementerio de taxis en China.
“@SergioSierra67: Strong images, not recommended for an sensitive people . Cemetery taxi . Rest in peace AMEN pic.twitter.com/iqDwnkErEj”
— Tuna Guclu (@Tuna_Guclu) August 18, 2014
Antes de que se disparara al auge económico en China y muchos de sus ciudadanos pudieran permitir el 'lujo' de tener coche propio, el medio de transporte más habitual del país era el taxi. Con la llegada de los nuevos tiempos, muchos taxistas se quedaron sin trabajo y sus empresas se fueron a la quiebra.
Por regla general, los coches inservibles acaban en los llamados desguaces. Sin embargo, este cementerio particular, localizado en la ciudad de Chongqing, es exclusivo para taxis.
3. Cementerio de barcos, Mauritania
La ciudad de Nuadibú es la segunda más grande de Mauritania y presume de ser el centro comercial del país. Pero su fama también le viene por otro lado: también podría jactarse de albergar en su bahía el cementerio de barcos más grande del mundo.
La razón de esta apocalíptica aglomeración de más de 300 barcos es el 'poderoso caballero Don Dinero', concretamente, el deseo de los propietarios de los barcos de ahorrarse el coste de desguazarlos.
Desde los años 80 del siglo XX, los oficiales del puerto, por un módico soborno, permiten a los dueños de barcos pesqueros y de otro tipo encallarlos en la costa.
La gran cantidad de embarcaciones en el lugar se debe a que luego de que la industria pesquera fuera nacionalizada, muchas naves simplemente fueron simplemente abandonadas.
4. Cementerio de trenes, Bolivia
Ubicado en el suroeste de Bolivia, a 3 kilómetros del municipio de Uyuni, este cementerio surgió por los numerosos trenes que abandonaron en el lugar las compañías mineras.
La causa de este abandono masivo fue el colapso de la industria minera en la década de 1940.
5. Cementerio de tanques soviéticos en Afganistán
Es un recordatorio de la retirada de tropas soviéticas del país en 1989 y se nota que todos los tanques y vehículos blinados ahí dejados pertenecen a obsoletos T-55 y BTR-60 con distintas modificaciones con los que estaban dotadas las tropas soviéticas del Distrito Militar de Asia Central que entraron en Afganistán en 1979.
La razón para esto era muy simple: el mando militar soviético no veía en este región a un enemigo potencialmente similar en fuerzas, por lo que enviaba a su equipo bélico más moderno a su frontera occidental.
Es muy poco probable que este cementerio desaparezca en un futuro próximo, por la sencilla razón de que Afganistán no dispone prácticamente de fábricas para el procesamiento de chatarra.
6. Cementerio de embarcaciones de Moynak (Uzbekistán)
Moynak es una ciudad uzbeka que ahora cuenta con 18 mil habitantes, pero antes estaba muy densamente poblada por su desarrollada industria pesquera. En los 1960, la población de este otrora puerto empezó a disminuir debido a la progresiva desaparición del mar de Aral.
Esta ciudad es la más distante de la capital del país, Taskent, y muchos viajeros apuntan que cuando se pisa esta localidad, les invade la sensación de encontrarse en el borde de la Tierra: más allá se ve solo la arcilla del desierto de Ustyurt y las arenas en el fondo del mar secado de Aral, con numerosas embarcaciones oxidadas en el horizonte.
7. El cementerio de aviones más grande del mundo: Tucson, Arizona (Estados Unidos)
El Grupo 309 Aeroespacial de Mantenimiento y Regeneración (en inglés: AMARG, Aerospace Maintenance and Regeneration Group) es el cementerio de aviones más grande del mundo, con una superficie total de 2.080 hectáreas, y sirve al mismo tiempo como centro de mantenimiento de muchos de ellos.
El AMARG cuenta con aproximadamente 4.500 aeronaves, el 80% de las cuales sirven como proveedor de piezas de repuesto.
Entre estos aviones se encuentran muchos aparatos que usaron las Fuerzas Armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
8. El cementerio de barcos de Chittagong (Bangladesh)
Chittagong es la segunda mayor ciudad de Bangladesh,con aproximadamente 4 millones de habitantes. En este fantasmal cementerio de barcos trabajan miles de hombres, que desguazan cada barco con sus propias manos.
En este caso concreto, se trata de enormes buques cargueros, superpetroleros y cruceros de pasajeros que hacen su último viaje hasta estas playas del sur de Asia para encallar, a todo vapor, en esta costa. Entonces, cientos de trabajadores se montan a estos barcos para recuperar sus partes más preciosas.
Toneladas de amianto y asbesto y también pinturas con plomo y cadmio afectan gravemente a la salud de las personas que realizan estas labores. Con un calor sofocante, los obreros se llevan trozos del esqueleto metálico de los buques hasta camiones que los transportarán a las plantas procesadoras, sin grúas ni ningún tipo de equipo especial. Así pasan hasta 16 horas diarias y para acabar cobrando 1 euro al día.
Nadie hace un seguimiento de cuántos mueren aquí de accidentes y enfermedades.
De esta manera los dueños de estos buques, la mayoría de países ricos, "externalizan sus costes" y evaden el pago por tratar apropiadamente las sustancias tóxicas que contienen.