A pesar de que Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron una nueva serie de ensayos militares este lunes, el escenario de un estallido bélico entre estos países y Corea del Norte "parece ser menos probable", ya que Pionyang ha optado por esperar y ver la evolución de la situación antes de lanzar un ataque nuclear contra base militar estadounidense en la isla de Guam, escribe para 'Time' Ian Bremmer, columnista y profesor de investigación global en la Universidad de Nueva York.
En su artículo, Bremmer, que también preside Eurasia Group, una consultora de riesgo político, proporciona algunos de los factores que podrían hacer 'tambalear' el momento actual de distensión entre Washington y Pionyang.
1. Una "persona impredecible" en la Casa Blanca
El columnista explica que durante los últimos 60 años, Pionyang "siempre" ha sido "el elemento impredecible" en el enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte. Sin embargo, el actual presidente estadounidense, Donald Trump, es "un tipo diferente".
Si alguna vez hubo una victoria de la política exterior de Trump, esta ha sido Corea del Norte, señala el autor del artículo, que tacha de "preocupante" este hecho. Para un hombre que "carece de victorias" firmando leyes, la idea de "tomar una postura firme contra Corea del Norte podría ser más atractiva a cada día que pase", advierte.
2. Corea del Norte tiene algo que probar
Aunque muchos análisis dedicados al líder norcoreano, Kim Jong-un, llegan a la conclusión de que "está loco", Bremmer subraya que el líder del país ha demostrado ser "pragmático en lo que se refiere a la política exterior".
Según opina el columnista, amenazar con lanzar un ataque nuclear contra Guam, que está muy bien fortificada, "nunca iba a darle a Kim la apariencia de fuerza que necesita desesperadamente para mantenerse en el poder". Es posible que los sistemas de defensa antimisiles instalados por Washington en la isla "sean capaces de derribar los misiles" norcoreanos, "transformando inmediatamente la amenaza de Kim de táctica audaz a un ridículo error de cálculo", recalca.
Además, China, que ejerce de benefactor de Corea del Norte desde hace mucho tiempo, teme que Pionyang "pueda desestabilizar el statu quo global", por lo que se unió a las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el país norcoreano.
"Que Corea del Norte se sienta amenazada por EE.UU. es una cosa; pero que se sienta amenazada por China es un juego de pelota completamente nuevo, uno que hace que Kim sea más propenso a atacar", asevera Bremmer.
3. Pekín bajo presión
El autor del artículo también analiza la presión que experimenta Pekín debido al conflicto en la península coreana. Según la opinión del columnista, China desearía un mundo estable para poder continuar "su ascenso al poder mundial", sin embargo, Pekín "no tiene buenas opciones" cuando se trata de Corea del Norte.
Por un lado, las autoridades chinas no quieren entrar en un enfrentamiento con Washington, por lo que "no hacer nada no es una opción viable" a largo plazo. Por otro lado, el gigante asiático "no puede distanciarse" de Corea del Norte, ya que, según dice Bremmer, "no se sabe qué problemas causaría Pionyang si de repente "se encontrara sin amarras".
Si Pekín contribujera a derrocar al Gobierno de Corea del Norte, "desesperados" refugiados norcoreanos inundarían a China, y como consecuencia, se producirían "dos de las peores pesadillas" del país asiático: el disparo de armas nucleares y un Ejército estadounidense "usando el colapso de Corea del Norte como pretexto para acelerar su actividad en Asia", sostiene el autor de la nota. Un día, Pekín tendrá "una opción" acerca de Corea del Norte, sin embargo, "no está claro quien se beneficiaría de ella", indica.
4. Corea del Sur atrapado en la mitad
Seúl no solo debe tratar de mejorar las relaciones con Pionyang, sino también "equilibrar sus relaciones con China y EE.UU."
Según recuerda el columnista, Pekín es un "socio económico crítico" para Seúl, que representa casi una cuarta parte de todo el comercio de Corea del Sur, y es el mayor importador de las exportaciones del país surcoreano. Al mismo tiempo, Corea del Sur cuenta con la protección militar estadounidense desde la década de 1950.
Por su parte, Pekín, que se siente espiado por el sistema de defensa antimisiles estadounidense THAAD instalado en Corea del Sur, y ya ha respondido a su instalación con imponer sanciones contra ciertas empresas surcoreanas que tienen negocio en China.
5. Un problema que desafía las soluciones
A pesar de que EE.UU. exige a Corea del Norte que abandone su programa nuclear y de misiles, Pionyang sigue con su desarollo para asegurar su supervivencia en caso de un ataque de Washington.
Por su parte, China quisiera que las cosas se mantengan "relativamente tranquilas y sin cambios", mientras que Corea del Sur, al igual que Japón, solo quieren que lo dejen tranquilos, asegura el columnista, que señala que "un montón de grandes potencias quieren cosas opuestas".
"Corea del Norte puede ser el desafío geopolítico más difícil que enfrenta el mundo", sin embargo, cuanto más tiempo pase sin que nadie haga nada, "más tiempo supurará el problema", enfatiza el analista, que agrega que en cierto momento "alguien desesperado actuará, forzando la mano de todos".
"Siempre existe la posibilidad de que las cabezas más frías prevalezcan y la diplomacia tradicional funcione, pero el mundo no ha tenido ese tipo de suerte últimamente", concluye Bremmer.