Pocos días después de las elecciones primarias legislativas en Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), junto a las dos vertientes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), organizaciones sociales y políticas, se movilizaron en rechazo a la política económica del Gobierno de Mauricio Macri.
Principalmente, el eje de la convocatoria estuvo centrado en rechazar los despidos y manifestar el desacuerdo con la reforma laboral ―inspirada en la que se aprobó en Brasil― que propone el Ejecutivo.
Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato que dirige la CGT, fue el orador principal del acto en la Plaza de Mayo. Allí, ante un público mayoritariamente humilde y trabajador que coreaba la marcha peronista y canciones de Los Redondos, afirmó: "No venimos detrás de ninguna conspiración, venimos con una demanda central, trabajo digno y salario justo".
El dirigente respondió así al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quién había cuestionado la marcha. "La movilización de la CGT es innecesaria, inoportuna y tiene tufillo político", declaró citado por el diario 'La Nación'.
Los reclamos
Desde el palco se hizo mención a la inflación, para la cual Schmid reclamó que se establezca un control de precios sobre los productos de primera necesidad. Y pidió, en consonancia con las organizaciones de la economía popular, que se declare "la emergencia social alimentaria".
"Estoy acá reclamando para que la emergencia social llegue a nuestros barrios", explicó a RT Roxana Ocampo de la organización Barrios de Pie. Asimismo, detalló que en los comedores populares la situación "cambió muchísimo". Puntualmente en el comedor 1° de Abril, ubicado en el municipio de José C. Paz, donde ella participa, "antes venían 40 chicos y ahora son más de 100".
Por su parte, Walter Pereyra, de la Asociación de Empleados de Comercio de la ciudad de Rosario, apuntó: "Movilizamos para reclamarle al Gobierno por puestos de trabajo, por el no cierre de empresas nacionales y el cese de las importaciones indiscriminadas". El trabajador señaló a RT que actualmente "un trabajador mercantil que inicia cobra 14.000 pesos (800 dólares)". "No llegamos a fin de mes", añadió.
Otras consignas de la marcha fueron en solidaridad con el pueblo catalán luego del atentado de la semana pasada, contra la intervención estadounidense en Venezuela y por la aparición con vida de Santiago Maldonado, joven desaparecido luego de una represión el pasado 1 de agosto.
La fecha del paro general
El pasado 7 de marzo, la CGT había convocado también una movilización que terminó en disturbios debido a que gran parte de los asistentes exigían que se pusiera fecha para una huelga nacional. Sin embargo, en aquel momento los dirigentes sindicales decidieron no hacerlo.
En esta oportunidad, y previendo un escenario similar, Schmid señaló que si no hay respuestas a sus demandas, la central sindical se reunirá el próximo 25 de septiembre y allí determinará la fecha de un paro general.
Leonardo Furman, del Partido Obrero, subrayó que desde su organización exigen que se convoque "cuanto antes" a esta medida de fuerza. "La dirección de la CGT está haciendo todo lo posible para no llamar a un paro", afirmó y planteó la necesidad de "una huelga que haga retroceder la política de hambre y miseria de este Gobierno". Desde su perspectiva, los dirigentes de la central obrera "laburan más para los empresarios que para los trabajadores".
Más optimista, Pereyra analizó que "fue una jornada histórica y masiva". "Los trabajadores merecemos la unidad que estamos buscando", concluyó.
Leandro Lutzky y Santiago Mayor