Desde hace mucho tiempo, desde los primeros días de la administración Obama, las cosas en Estados Unidos "parecen no estar bien como han tratado de mostrarnos", opina el columnista Todd Wood en su artículo en el diario 'The Washington Times'.
Según el analista, el así llamado 'Estado profundo' estadounidense está tratando de arrastrar al país a otra costosa guerra, esta vez contra Rusia. Últimamente en la política norteamericana se ha puesto de moda el concepto de 'Estado profundo', que hace referencia a la posible existencia de una red de funcionarios públicos que operaría secretamente tirando de las cuerdas y manipulando cosas para impedir que el presidente Donald Trump lleve adelante sus políticas.
Washington debería centrarse en sus problemas internos, que no son pocos, como la corrupción en algunos organismos federales, asegura Wood. "Quizás el ejemplo más sorprendente ha sido la corrupción en el FBI bajo la administración de su exdirector, James Comey. El FBI se desgarra en corrupción. Comey mintió sobre la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y la exfiscal general de la nación, Loretta Lynch, mintió. Obama mintió. Clinton vendió los secretos del país y mintió una y otra vez", lamenta el autor del artículo.
"La hostilidad y la agresión es palpable"
"Entonces llegó Trump, mostrando su 'brillante amor por EE.UU. y su pueblo', amenazando con estrangular esa corrupción que burbujea en Washington. Además Trump pensaba que tener buenas relaciones con el país más grande del mundo y con el mayor arsenal nuclear del planeta era una buena idea, entonces empezó el escándalo de la supuesta connivencia del magnate inmobiliario con Moscú", recuerda.
Wood condena que la población estadounidense lleva ya dos años escuchando sobre este escándalo y sin ninguna prueba. "La hostilidad y la agresión contra Moscú es palpable. Puede que sea verdad que el Kremlin haya realizado ciberataques contra nosotros. Pero nosotros hemos hecho lo mismo contra ellos. Hillary Clinton trató de desestabilizar el gobierno de Vladímir Putin, lo que por supuesto ella no admitirá", señala.
"Rusia no es nuestro enemigo mortal. Los rusos no son una amenaza existencial. Ellos son nuestro adversario, y hay que tratarlos con firmeza. Sin embargo, los esfuerzos del 'Estado profundo' dentro de nuestro propio Gobierno por desencadenar una guerra con Rusia están fuera de control", sostiene.
"¿Está en la agenda del 'Estado profundo' con funcionarios que han permanecido desde la administración Obama debilitar a EE.UU. llevándonos a otro costoso conflicto? ¿Es un intento de estropear las relaciones ruso-estadounidenses hasta tal punto que sea imposible una nueva distención? Obama siempre fue irrespetuoso con Putin y Rusia. Alguien realmente quiere una guerra con Rusia. Me gustaría saber quién es y por qué", finaliza.