El Reino Unido ha vuelto a entonar la supuesta amenaza proveniente de Moscú para anunciar la reapertura de una de sus bases militares de tiempos de la Guerra Fría en una lejana isla del norte del país. La instalación está más cerca de Noruega (comparte frontera con Rusia) que de Londres.
Se trata de la base militar de radar RAF Saxa Vord, que fue cerrada en el 2006, según el periódico 'Shetland News'. La base se encuentra en la isla Unst, que pertenece al archipiélago de Shetland (Escocia).
La importancia estratégica de RAF Saxa Vord es respaldada por el hecho de que durante la Guerra Fría figuraba en una lista secreta de objetivos soviéticos, explica 'The Times'. El diario detalla que desde este recinto se 'escaneaba' el Atlántico desde Islandia hasta Noruega.
La subsecretaria parlamentaria encargada de Contratación Pública de la Defensa, Harriett Baldwin, escribió esta semana en una carta a Alistair Carmichael, miembro del Parlamento de las Islas del Norte, que la base en Saxa Vord retomará su funcionamiento en octubre próximo.
Baldwin detalló que la tripulación y los contratistas de la Real Fuerza Aérea (más conocida por sus siglas en inglés, RAF) "tendrán que asistir al sitio periódicamente para asegurar el servicio continuo". 'Shetland News' escribe que hasta 50 personas pueden estar involucradas en la reapertura de la base y que unas decenas de ellas seguirán trabajando para mantenerla en funcionamiento.
Más armas y tensión
El Reino Unido recibió este jueves a dos bombarderos estratégicos B-52H de EE.UU., capaces de portar armas nucleares. Llama la atención que este hecho se produjo poco después de que comenzasen los ejercicios militares conjuntos de Rusia y Bielorrusia denominados 'Zapad 2017'.
Además, esta semana Suecia lanzó su mayor ejercicio militar en 23 años, con la participación de varios países de la OTAN. Estos ejercicios también iniciaron justo en vísperas de los 'Zapad 2017', que involucran menos tropas, pero curiosamente suscitan mucha agitación entre los miembros de la Alianza Atlántica.
Por hechos como estos, Moscú denuncia el aumento de la presencia militar de la OTAN en Europa del Este, así como la estrategia de la Alianza dirigida a aproximar infraestructura militar de la OTAN a las fronteras de Rusia porque socava la estabilidad en la región.