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Fracasos escandalosos: La inteligencia de EE.UU. se equivocó en su lucha contra la URSS

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Estos fiascos, reconocidos de manera oficial por la CIA, cambiaron la política de EE.UU.
Fracasos escandalosos: La inteligencia de EE.UU. se equivocó en su lucha contra la URSS

La lucha contra la 'amenaza soviética' fue la principal tarea de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), establecida en 1947. Sin embargo, esa parte de su actividad estuvo plagada de varios grandes fracasos

Por ejemplo, la CIA no auguró el desarrollo de la bomba nuclear por parte de la URSS y fue incapaz de prever la entrada de tropas soviéticas en Afganistán o alertar sobre la existencia de 'topos' en los niveles más altos de su organización, entre otros asuntos relevantes.

Les detallamos son algunos de sus fiascos más destacados

La bomba nuclear soviética 

El primer gran error de la CIA fue no predecir cuándo tendría un arma nuclear la Unión Soviética, pese a que redactó un voluminoso texto al respecto basado en estudios de analistas y numerosas informaciones de espías. 

Un documento publicado en el sitio web de esa agencia estadounidense indicaba que la URSS desarrollaría su capacidad de producción "en algún momento entre 1950 y 1953" y, en función de esa suposición, podría producir y almacenar varias de esas bombas "antes de 1956". La CIA remitió un informe "con esas conclusiones" el 24 de agosto de 1949, cinco días antes de que la URSS "ensayara su primera bomba atómica".

En la carrera armamentística nuclear, ese organismo de EE.UU. cometió muchas equivocaciones, como a la hora de evaluar la existencia de yacimientos de mineral de uranio de alta calidad en la URSS.  

El 'fallo' afgano 

La entrada de tropas soviéticas en Afganistán en diciembre de 1979 también resultó una sorpresa para la Administración de Jimmy Carter, ya que la CIA estimó que la URSS no se atrevería.

Se equivocó. El llamado 'contingente limitado de tropas soviéticas' —que, en realidad, fue muy potente y fue reforzado con varias unidades del 40.º Ejército de las Fuerzas Armadas de la URSS— entró en Afganistán y permaneció allí nueve años. 

De acuerdo con Douglas MacEachin, que fue director adjunto de la CIA, en aquellos días circulaba un chiste por sus oficinas: "Lo hemos calculado todo correctamente, los que se equivocaron fueron los soviéticos". 

Un agente doble ¿de quién? 

Existen varios ejemplos en que la CIA realizó una elección equivocada a la hora de apostar por un agente clave. El caso más conocido es el de Aldrich Ames, quien fue jefe de su departamento de contraespionaje y fue captado por la inteligencia soviética en 1985.

La inteligencia de EE.UU. planeaba utilizar a Ames como un agente doble para ofrecer información falsa a los servicios secretos de la URSS y obtener datos relevantes. El problema es que no tuvo en cuenta que atravesaba un divorcio difícil y su amante había contraído muchas deudas.

Los oficiales de inteligencia soviéticos aprovecharon esta circunstancia: le facilitaron grandes sumas de dinero y, a cambio, la información fluyó en la dirección opuesta. Así, Aldrich Ames se convirtió en uno de los agentes más valiosos de la KGB y una investigación posterior de la CIA reveló que entregó información sobre 100 agentes estadounidenses, incluidos de 12 a 25 de sus 'topos' en organismos de la URSS. 

Estadísticas oficiales de la URSS 

Durante algo más de cuatro décadas, la CIA rivalizó con el Pentágono para evaluar la presunta amenaza militar que suponía la URSS. El competidor más serio de esa pugna fue el analista militar Andrew Marshall, que durante 42 años encabezó el sector de Análisis General del Departamento de Defensa de EE.UU.

Marshall estimaba que la CIA analizaba el poderío militar de la URSS de manera muy superficial y, en ese punto estaba de acuerdo con el economista y disidente soviético Ígor Birman, quien también indicó que se basaba en datos poco fiables para sacar sus conclusiones.

Posteriormente, Birman explicó que la CIA utilizaba las cifras publicadas por la Comisión Nacional de Estadística y la Comisión Estatal de Planificación de la URSS que, "a menudo, no tenían nada que ver con la realidad", pero permitían "mostrar" que los soviéticos suponían "una seria amenaza para la seguridad de EE.UU. y 'arrebatar' un prepuesto más sólido". 

Como resultado, esa agencia de inteligencia estadounidense estimó que el gasto militar soviético durante la Guerra Fría suponía entre el 55% y el 60 % del PIB de la URSS, mientras que el Pentágono pensaba que rondaba entre el 25 % y el 30 %, porcentajes mucho más cercanos a la verdad. 

Desintegración de la Unión Soviética 

Aunque el objetivo principal de la CIA era analizar la URSS, tampoco logró predecir su desintegración. En los años 50 y 60, los soviéticos experimentaron un rápido crecimiento económico, lograron éxitos en la ciencia y la tecnología y compitieron con EE.UU. en la carrera espacial. 

A finales de los 70, la situación era fundamentalmente diferente. No obstante, la CIA sobrestimó el potencial soviético en sus informes. Incluso cuando cayó el Muro de Berlín en 1989 y muchos analistas y políticos occidentales comenzaron a dudar la viabilidad de la URSS, esa agencia norteamericana insistió en que ese acontecimiento no influiría en su estabilidad.

En mayo de 1992, el entoces director de la CIA, Robert Gates, reconoció que hasta el colapso de la URSS "subestimaron esa oportunidad", un fracaso abrumador que el Congreso de EE.UU. planteó la "reorganización total" de la gestión de esa institución.

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